vitoria. El diputado general, Javier de Andrés, compareció ayer en el primer Consejo de Gobierno de la Diputación alavesa tras las vacaciones para confirmar lo que ya había anunciado el titular de Hacienda, José Zurita, la semana pasada. "Todo lo que no está ejecutado, está cuestionado", resumió para avanzar los recortes que el Ejecutivo foral tendrá que llevar a cabo para hacer frente al agujero de 40 millones de euros que dejará de ingresar la institución con respecto a lo previsto en los Presupuestos Generales de 2011 con motivo de la caída en la recaudación.

Una cifra que deja pocas opciones al actual gabinete, ya que, según puntualizó el popular, no habrá mucho margen de maniobra después de respetar lo ya comprometido y ejecutado, el gasto social y las políticas de activación de empleo. Más allá de estas líneas rojas que no se traspasarán, el resto queda prácticamente paralizado. Y las primeras medidas no se harán esperar puesto que los diputados ya tienen en sus mesas "la obligación de ajustar" en sus departamentos conforme a la realidad económica de las arcas forales.

Mientras tanto, la inevitable tijera se aplicará para empezar en las ayudas a los libros de texto, que contaba con una partida de 900.000 euros en las Cuentas y de la que el año pasado se beneficiaron 20.000 alumnos. "Ésta cumple todos los requisitos para suprimirla. Es una subvención que no es competencia de Álava, que el apoyo financiero que tenía del Ayuntamiento de Vitoria se ha suprimido y que, además, no es compatible con las fórmulas que el Gobierno Vasco ha escogido para colaborar con las familias en la adquisición de libros de texto para las aulas", explicó ayer en referencia a la elección de Lakua de crear bancos de libros que permitan a los alumnos no tener que adquirir cada curso todo el material lectivo.

afección a pueblos No obstante, ésta no será la única medida de recorte que ya está segurada. De hecho, el diputado general anunció también que las entidades locales se verán afectadas por esta caída en la recaudación. Y es que el Fondo de Financiación para las Entidades Locales (Fofel) se calcula a principios de cada año según las estimaciones económicas del Presupuesto y en base a un principio de riesgo compartido por el que los ayuntamientos, concejos y cuadrillas devuelven el dinero si las previsiones iniciales de recaudación foral no se cumplen. En este ejercicio, al igual que en los anteriores, esta máxima se ha cumplido por lo que las entidades ya pueden estimar que perderán el 5% de sus presupuestos municipales.

Sin embargo, esta situación podría haber sido peor si no existiera el Fondo de Estabilización, Fepel, que la Diputación alavesa creó en 2008 para que la deuda superior a esos cinco puntos quede registrada en un fondo que se va amortizando cuando los cálculos sean en positivo para las entidades locales. Aunque los famosos brotes verdes aún no han llegado.

Con todo lo dicho, está claro que la Diputación se verá obligada a apretarse el cinturón y esta situación llevará también a que Vitoria, sobre todo por recibir la mayor financiación del Fofel, y el resto de entidades alavesas deban revisar sus respectivas cuentas de aquí a fin de año. De esta forma, De Andrés sigue la filosofía popular de ajustar por el lado del gasto y no por la subida de los impuestos. "Las previsiones iniciales eran al alza y las reales a la baja. Esto lleva a tomar ciertas decisiones porque no queremos extralimitarnos", confirmó.

Aún así, el diputado general tranquilizó a la sociedad alavesa adelantando que esta austeridad de aquí a final de año no implica que las inversiones vayan a frenarse, sino que simplemente habrá proyectos que se llevarán a cabo el próximo ejercicio. "En algunos casos sería retrasar. Lo que se tenga que hacer se hará. Esto es como una familia, si no existe dinero para ejecutar hay que esperar que llegue el nuevo sueldo y eso, en las instituciones, se hace por años", finalizó.

Filosofía compartida Estas palabras no hacen más que confirmar la filosofía adelantada por la titular de la cartera de Obras Públicas, Alicia Ruiz de Infante, apenas unas horas antes. La diputada foral explicó que no se van a reducir las inversiones en el territorio histórico. Eso sí, los proyectos deberán adaptarse a la disponibilidad de recursos. El desfase presupuestario detectado en las arcas de la Diputación por aquello de una menor recaudación, sin embargo, no será la excusa para obviar la realización de las reformas necesarias, entre otras cosas, porque el sector de la obra pública "es un motor de la economía", indicó ayer la diputada foral. Por esa circunstancia, y como la realidad es lo que es en estos momentos, lo que sí se tendrá que hacer desde el Ejecutivo foral es atemperar los planes a los recursos existentes en cada momento. Es decir, se construirá según la disponibilidad monetaria.