vitoria. Los agroturismos alaveses no harán el agosto este año. A pesar de que las cifras que facilita la Administración hablan de un incremento importante en la afluencia de turistas al territorio, el sector reconoce vivir un verano "muy negro". Tanto, que sus responsables llegan a dibujar un futuro "ruinoso" a corto plazo. Los titulares de los establecimientos echan cálculos y estiman que el grado de ocupación por plazas ha caído un 20% con respecto al año pasado. Justo el doble de lo que evalúa la Asociación de Agroturismos y Casas Rurales de Euskadi, Nekatur, que fija el recorte en torno a un 10% menos que en 2010. Ante semejante panorama, algunos de los afectados se plantean reunirse en breve plazo con los responsables de Turismo del Gobierno Vasco y de Medio Ambiente de la Diputación para buscar soluciones "urgentes".

El punto de partida para la temporada no podía parecer, sin embargo, más halagüeño. Según el Eustat, la CAV ha batido todos sus récords turísticos durante el mes de julio con 264.045 entradas de viajeros, lo que representa 22.880 visitantes más que el mismo mes del año pasado. Un incremento global del 9%. Bizkaia sumó un 16% más de turistas, seguida de Álava, con un 7%, y de Gipuzkoa, con un 3%. Lo malo es que estos datos tan positivos no han redundado en más pernoctaciones. Al menos en lo que a los agroturismos alaveses se refiere.

Idoia Ezkurdia, técnico de Nekatur, desgrana el aparente contrasentido y explica que aunque llegan más turistas, se quedan menos noches. A ello hay que añadir que el número de casas rurales ha crecido notablemente en Álava a lo largo de los últimos años, lo cual cierra la argumentación. Menor demanda frente a una oferta creciente. El desequilibrio, traducido a números, refleja un descenso del 2% en el grado de ocupación de plazas en casas rurales vascas en lo que llevamos de verano. Por territorios, la caída más dura se ha registrado en Álava, donde según Nekatur disminuye un 10%. En Bizkaia, por contra, se confirma un leve incremento del 2% y Gipuzkoa no sufre variaciones. Durante el mes de julio, las pernoctaciones en los agroturismos de la CAV aumentaron un 5% con respecto a julio de 2010. Sin embargo, Álava se llevó la peor parte al recortarse la estancia media por viajero de 2,77 a 2,59 días. En Bizkaia pasó de 2,63 a 2,81 y en Gipuzkoa de 3,26 a 3,52.

la ruina Pero la sensación a pie de agroturismo alavés es mucho peor que lo que dibujan las frías cifras. Jesús Martínez, responsable de Legaire Etxea, establecimiento enclavado en la localidad de Ibarguren, se salta los rodeos y señala directamente que "esto es la ruina". "Álava es el territorio en el que las cosas están más difíciles y, dentro de Álava, la Llanada es la que peor lo está pasando", sostiene. Interpreta que la solución pasa por recabar mayores apoyos institucionales que permitan tener "unas rutas verdes en condiciones" y que atraigan "más ayudas de Europa". "Aquí al lado, en Urbasa, vemos cómo los establecimientos navarros reciben fondos europeos mientras que en Álava no vemos un euro", manifiesta.

A pesar de las dificultades, Martínez no se muestra dispuesto a arrojar la toalla ni a abandonarse a su suerte, por lo que tiene previsto iniciar una ronda de encuentros con responsables institucionales para, entre todos, sacar adelante el sector. En breve se reunirá con un representante del Ejecutivo de Lakua en Agurain y ya en septiembre tiene previsto encontrarse con la nueva diputada alavesa de Medio Ambiente, Marta Ruiz Cerrillo, de la que espera "más apoyo que el obtenido del anterior gobierno foral".

Juan Carlos Ramírez-Escudero, alcalde de Valdegovía y titular del agroturismo El Molino-Errota Enea, situado en Espejo, indica que la ocupación media de las casas rurales en Álava está rondando el 33% durante el presente verano. "Un 20% menos que el año pasado", puntualiza. Afirma que el sector "está muy mal" y que "puede pensarse en abrir una casa rural como complemento económico, pero esto no da para vivir. Al menos en Álava". Valora positivamente la labor de promoción desarrollada por Nekatur y en lo que a ayudas respecta, afirma que se limitan a la formación y a la mejora en calidad. "Ojalá hubiera apoyo económico", explica.

Gaizka, del agroturismo Guzurtegi, emplazado en Maroño, es de la misma opinión que sus colegas. "Entre la crisis y el mal tiempo, julio ha ido de pena. Tenemos muy poca gente y la mayoría de los que vienen son trabajadores que andan por la zona, no turistas", concluye.