La conmoción y el asombro siguen presentes en Azpeitia, cinco días después de que un vecino de la localidad, A.E., de 17 años, se entregara en la Fiscalía de Menores de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa declarándose culpable del brutal asesinato de Amaia Azkue, la mujer de Orio que fue hallada sin vida junto al embalse de Ibai-Eder el pasado 16 de marzo.
La mayoría de los azpeitiarras preguntados por este periódico rehuía responder a las preguntas "por respeto a la familia del muchacho". Y los pocos que accedían, repetían una y otra vez que estaban "totalmente sorprendidos".
No es para menos, ya que como expresó el alcalde de Azpeitia, Eneko Etxeberria, en un comunicado enviado el viernes, el municipio entero ha vivido consternado durante los últimos cinco meses, tras el conocimiento de este trágico suceso.
"La gente estaba nerviosa porque todo el mundo sabía que el asesino era alguien de la zona. De lo contrario, no podría haber hecho todo lo que hizo con tanta rapidez", explicó ayer el hostelero José Antonio haciendo referencia al modus operandi del asesino, que permanece ingresado en el centro de menores de reforma de Ibaiondo, en Zumarraga. Como se recordará, Amaia Azkue fue vista por última vez el 16 de marzo en el Eroski de Zarautz, donde había acudido a hacer la compra tras tomar café con unas amigas. Y tres horas más tarde, fue hallada sin vida junto a un embalse de Zarautz.
incertidumbre Poco más se sabe sobre lo que ocurrió hasta entonces, puesto que el autor confeso no ha revelado los motivos que le llevaron a asesinar de forma tan brutal a Amaia, de 39 años y madre de dos niñas. En todos estos meses de incertidumbre, se ha hablado y mucho sobre este caso. Y como indican los clientes del bar de José Antonio, los azpeitiarras estaban convencidos de que el autor conocía bien la zona, ya que, después de asesinar a golpes la víctima, la abandonó, atada de pies y manos, en una zona poco transitada, en el embalse de Ibai-Eder. Lo que no creían era que el criminal fuera un menor de edad, y menos el joven azpeitiarra que se entregó un día antes de cumplir la mayoría de edad. "¿Quién iba a sospechar de él? Es un chico de buena familia, tiene amigos, novia y no le falta de nada", comentó Olatz mientras paseaba por la céntrica Erdi kalea.
Edurne, Maite y Elisabet tampoco se podían explicar las razones por las que un joven como A.E. puede llegar a cometer un suceso tan atroz. "Es increíble porque pertenece a una familia normal, no tiene antecedentes y todo el mundo habla bien de él", apuntó la primera, sentada en una mesa del bar Eguzkitza.
Pero A.E. ya ha confesado que acabó con la vida de Amaia Azkue y la Ertzaintza ha confirmado su autoría. Lo que queda por saber es cuál ha sido el móvil del terrible crimen que ha dejado otras víctimas, entre ellas dos niños sin ama.
"Yo no sé qué le habrá llevado a cometer un asesinato de tal magnitud. Lo que realmente me preocupa es que, visto lo visto, de un día para otro, cualquier chico normal puede convertirse en un asesino", señaló Elisabet.
Las tres amigas recordaron que este asesinato, además de destrozar la familia de la víctima, también ha hundido a la familia del joven azpeitiarra. "Sentimos gran pena por todos porque son cosas irreversibles", añadió Maite.
La noticia del arresto y la confesión de A.E. les pilló de vacaciones a Asun y su hija, que se quedaron en estado de "shock" cuando recibieron una llamada de teléfono para comunicárselo. Ninguna conoce al arrestado, pero sí a su familia y les cuesta creer lo ocurrido. "Choca muchísimo escuchar que alguien de tu pueblo sea el asesino", comentó la primera.
Los ondarrutarras Paco, Jaione y su amiga, que pasaron el día de ayer en Azpeitia estaban de acuerdo. "Se ve que la noticia ha sentado como un jarro de agua fría en el pueblo".