vitoria. La experiencia es un grado, y la adquirida por José Camacho es suficiente como para ser utilizada en formato didáctico. Su trabajo diario con enfermos afectados de Alzheimer le ha servido para conocer a la perfección las taras que afectan a los profesionales o familiares encargados de tutelar y acompañar a los citados pacientes. Además, se da la circunstancia de que el protagonista de estas líneas es un inmigrante de origen Boliviano, que ha dedicado nueve años de su vida a la labor de cuidador en España.

¿Cómo es su trabajo como cuidador de enfermos con Alzheimer?

Este trabajo tiene tres fases. En la primera etapa si el cuidador no tiene idea del trabajo que desempeña es un cambio muy brusco. En la segunda, el cuidador empieza con problemas psicológicos y físicos, porque la persona enferma se vuelve más agresiva. Y la última etapa, que es la peor. La persona empieza a perder la noción de todo, es totalmente dependiente, entonces el cuidador se suele estresar.

¿Qué complicaciones o dificultades para usted podría tener el realizar este tipo de labor social?

De acuerdo con los psicólogos que nos orientaban en la Cruz Roja, secuelas hay si uno no se cuida. Por eso es que el cuidador tiene también que ser cuidado, ya que las consecuencias pueden ser fatales. Se puede llegar a padecer estrés, ataques de ansiedad y un agobio total.

¿El trabajar con enfermos de Alzheimer le ha provocado trastornos físicos o psicológicos?

La primera vez, porque cuando vine de Bolivia no conocía de esta enfermedad. Lamentablemente este trabajo es un poco difícil pero esto se lleva con iniciativa propia de cada uno.

¿Cuánto tiempo lleva como cuidador y cuantas horas al día emplea en esta labor?

Como cuidador, ya hace nueve años que estoy en España y en este tiempo me he dedicado a esta labor. El tiempo es indefinido puede ser las 24 horas, como ocho, dependiendo de las fases que tiene el enfermo de Alzheimer.

¿Como ha sido su experiencia de cuidador de este tipo de pacientes?

En principio muy nefasta, porque al no tener conocimiento de lo que era esta enfermedad, yo chocaba con la persona que cuidaba, me maltrataba psicológicamente y físicamente. Yo la respetaba, pero por dentro estaba sufriendo.

¿Considera que un cuidador tiene que tener alguien que lo cuide, alguna asociación o institución que le preste apoyo?

Evidentemente que sí. En una ocasión tuve el apoyo de una enfermera que me ayudó moral y psicológicamente, pero hasta ahora nunca me han confirmado de ninguna institución para una charla o una ayuda psicológica de esa naturaleza.

¿Qué opina de los talleres sobre la prevención y reducción de la sobrecarga mental del cuidador de enfermos de Alzheimer?

Muy positivos, ayuda tanto al cuidador como a la familia. Lo que se tiene que hacer es expandir más la información impartiendo más talleres.

¿Qué le motivó a dedicarte a realizar esta labor social de atención a personas con una discapacidad mental y progresiva?

Me llamo la atención el dinero, pero cuando empecé a hacer servicios, me gustó y no me arrepiento, disfruto de mi trabajo, por eso no me quejo.