Vitoria. La Clínica La Esperanza de Gasteiz se enfrenta a un inicio del verano marcado por la conflictividad laboral. El motivo no es otro que los recientes despidos de tres trabajadoras del hospital privado, carentes "de toda justificación" según el comité de empresa del centro, y que han derivado en la convocatoria de dos jornadas de huelga para el próximo julio. Se celebrarán, en concreto, el primer día del mes y en otra jornada todavía sin concretar. La plantilla de La Esperanza ha decidido dar este paso, que se suma a varias protestas y huelgas parciales anteriores, con el objeto de denunciar "la política laboral que está aplicando esta multinacional de la Sanidad privada" en el hospital vitoriano y cuya última expresión ha sido la salida a la fuerza de estas asalariadas, tres despidos de tipo improcedente. Cabe recordar que los pasados días 26 y 27 de mayo se realizaron en el centro sendos paros de dos horas y, además, todos los lunes vienen celebrándose movilizaciones de una hora de duración a las puertas de la clínica. Estas concentraciones, que tienen lugar entre las 11.00 y las 12.00 horas, seguirán llevándose a cabo.

El comité de empresa de La Esperanza, donde están representadas las centrales ELA, Satse y ESK, desveló ayer que dos de los despidos efectuados corresponden a dos trabajadoras del centro que "se encontraban de baja laboral" cuando éste se les comunicó "vía burofax", lo que a su juicio tiene una explicación manifiesta: "La prioridad de USP La Esperanza es reducir de manera radical el absentismo que existe en la empresa. Y lo hace mandando un mensaje claro a toda su plantilla: quien se coja la baja, se va a la calle". Pese a que las trabajadoras despedidas "han cumplido de manera absolutamente profesional su labor y la propia empresa ha reconocido este extremo -prosigue el comité-, eso no ha sido suficiente para esta dirección, ya que han cometido el terrible delito de ponerse enfermas".

Amedrentar La representación de los trabajadores considera que la empresa "no tiene un problema de liquidez financiera", sino de "prioridades", porque a su juicio utiliza el dinero para "callar la boca y amedrentar" a la plantilla del centro. "En definitiva, La Esperanza pretende con estos despidos disciplinar al conjunto de su plantilla y dejar claro quién manda", advirtieron ELA, Satse y ESK. Al mismo tiempo, lamentaron que la gerencia del centro "no tenga dinero para aplicar el contenido del convenio firmado con los trabajadores, subir el IPC pactado" o para "la próxima negociación colectiva" porque "ha gastado seis veces el beneficio reconocido por ella misma el año pasado en abonar indemnizaciones por despidos improcedentes".