Amurrio. "Esto para nosotros es un éxito, aunque no se si el sol nos ha hecho un favor o una faena. A ver si el año que viene ideamos alguna forma de aunar la carpa de las degustaciones con las txosnas de txakoli, que ya van dos años con un calor sofocante". Estas fueron las palabras con las que el presidente de Arabako Txakolina, Josu Ortuzar, resumió ayer lo acontecido en torno a la decimotercera fiesta del txakoli alavés, que acogió Amurrio.

De hecho, el XIII Txakolin Eguna fue un hervidero de gente que, atraída por la llama del oro líquido de los campos ayaleses, había consumido más de 6.000 tickets cuando aún no eran ni las dos del mediodía. "Se trata de un éxito rotundo y arrollador que no nos lleva más que a entender que la polémica de este último año no nos ha perjudicado, sino ayudado, y que la gente ha acudido en masa a defender un producto de nuestra tierra. La organización esta satisfecha y poco más se puede pedir ante un año de una calidad extraordinaria que todo el mundo ha tenido hoy aquí la oportunidad de valorar", explicó Joxean Merino, gerente de la Denominación de Origen Arabako Txakolina.

Y es que, a pesar de las altas temperaturas, más propicias para una escapada a la playa o el río, fueron miles las personas que no quisieron perderse la infinidad de actos que ofrecía el programa del día del txakoli. La nota dominante de la jornada fueron las colas. Primero para la adquisición de tickets, y después para lograr el ansiado trago en cualquiera de las txosnas. "Hemos traído 1.200 copas de vidrio y 7.000 vasos de plástico y se están agotando las existencias", aseguró Merino.

Pero para beber hay que saber comer, y a ello ayudaron los stand de txistorra de Amurrio y el de productos de Angulas Aguinaga, que trajeron hasta pulpo; así como los de cerdo Basatxerri, chicharro de Getaria, champiñones a la plancha o caracoles Gorbea, que eran novedad esta edición y no daban abasto elaborando pintxos y cazuelitas.

Los que también repitieron éxito fueron los cocineros de la Federación de Sociedades Gastronómicas de Álava Boilur, que distribuyó entre los asistentes 1.200 raciones de bacalao ajoarriero, así como los 23 de bares del municipio que se ofrecieron para vender el millar de unidades del pintxo "Salmorejo de gulas" que, a 1,50 euros la unidad, acompañada de una copa de txakoli, diseñó hace tres ediciones el gastrónomo Juanjo Martinez de Viñaspre.

Laboratorio del gusto También registró una gran acogida el laboratorio del gusto que desarrolló en los soportales de la ermita de San Antón, Slow Food Araba. Medio centenar de personas tomó parte en esta apasionante experiencia gustativa y olfativa, en la que se examinaron y degustaron, además del caldo protagonista del día, cabrito, queso Idiazabal y caracoles, de la mano de expertos como Alberto López de Ipiña de Slow Food Araba, el criador de cabras Azpigorri Ander Bergara, la productora de quesos ayalesa Leire Ibarrola, el cocinero Juanjo Martínez Viñaspre, el productor de caracoles Ignacio Lauzirika y la responsable de la Ruta del Txakoli de Aiaraldea, Paula Bilbao.

La jornada, que también contó con la actuación de bertsolaris, hizo un hueco al homenaje con la entrega de la distinción Txakoli Alavés 2011, a tres de sus productores, para así homenajear a "una parte de los muchos que mantuvieron el espíritu y la tradición txakolinera de nuestro valle, y agradecerles que supieron trasladar el saber hacer serio y trabajador para poner los cimientos de lo que sería la actual Denominación de Origen y de la asociación de txakolineros", explicaron desde la organización.

Proteger la marca En concreto, fueron los laudioarras Santiago Laresgoiti y Julián Reguera, así como el amurriarra Ramón Martínez, los viejos txakolineros que recogieron la placa homenaje de su gremio, a las 11.00 horas en el salón de plenos de la Casa Consistorial, en un año en el que los productores se han visto obligados a trabajar en la protección de la marca, ante los intentos de Castilla y León por sacar al mercado un producto con el mismo nombre. Mientras transcurrían todos estos actos, la calle Frontón dio cabida a los 24 participantes del concurso gastronómico de pollo de baserri Lumagorri al txakoli (producto con Label con el que se hermanó Arabako Txakolina en 2006), en honor al joven cocinero local Eneko Solaun. El vencedor de esta edición ha sido el txoko Gureleku de Llodio, que se ha hecho con los 200 euros, más la txapela, el trofeo y el lote de productos que estipulaba el certamen para el primer puesto; mientras que la sociedad Arabarrak y Andoni Borlinen de Sopelana se llevaron los 150 y 100 euros, más el trofeo y lote de productos que suponía quedar clasificados en segundo y tercer lugar.