Vitoria. La Sanidad pública vasca vuelve a enfrentarse a un escenario de alta conflictividad. La mayoría sindical en el sector, representada por las centrales nacionalistas ELA, LAB y ESK, anunció ayer la convocatoria de tres jornadas de movilizaciones para los próximos días 22, 23 y 24 de marzo en respuesta a la "política de recortes" que ha asumido Osakidetza, "haciendo caso omiso de las principales reivindicaciones planteadas" por ellas. Pese a que no serán las primeras protestas que estos sindicatos convocan en los últimos meses en la red sanitaria pública, sí constituyen una novedad reseñable por el hecho de que se desarrollarán durante tres días consecutivos, de martes a jueves. No hay que olvidar, además, que las centrales de enfermería (Satse) y médicos (SME), junto con la Federación de Facultativos de Hospitales (FFHE), también unieron fuerzas hace menos de dos semanas para, públicamente, denunciar el "alarmante deterioro" que está padeciendo la Sanidad vasca, sin renunciar a próximas medidas de presión. Dos frentes abiertos para el área de Rafael Bengoa y la dirección de Osakidetza cuya confluencia futura no debería descartarse.
Después de casi tres años de relativa paz social en el ente público que han coincidido con el cambio de Gobierno en Euskadi, los sindicatos vuelven a tomar posiciones. El escenario actual, donde se dibujan dos bloques diferenciados de descontento, supone en parte una consecuencia directa de la última negociación sectorial, que concluyó con la firma del acuerdo de condiciones laborales para Osakidetza (2007-2009) por parte de sólo el 40% de la mesa. Satse, SME y CCOO lo apoyaron, mientras las tres centrales nacionalistas, junto con UGT, se quedaron fuera, lo que produjo un evidente distanciamiento entre ambas sensibilidades tras meses de unidad. Ahora, consumado el desmarque de UGT, las posiciones más beligerantes contra la dirección de Osakidetza han sido asumidas por ELA, LAB y ESK, que cuentan con el 50,6% de la representación sectorial. Satse, SME y FFHE, que representan a la mayoría de los profesionales de enfermería y médicos de la red pública, a día de hoy ni contemplan ni descartan unir sus reivindicaciones en un futuro próximo con las centrales abertzales. Para éstas, el comportamiento de los sindicatos profesionales supone "una gran incógnita" a la vista de los últimos acontecimientos.
Las características de las tres movilizaciones que emprenderán ELA, LAB y ESK a finales de mes se perfilarán a lo largo de esta semana durante la celebración de diversas asambleas informativas en las redes públicas de atención primaria y especializada. Allí se testará la predisposición de los trabajadores sobre la toma de unas u otras medidas, sin descartar la posibilidad de convocar paros en un futuro no demasiado lejano. Las centrales pretenden que las protestas se extiendan a todos los centros de Osakidetza, aunque eso dependerá del resultado de dichas asambleas.
Bajo el lema Kalitatezko Asistentzia; Condiciones de trabajo dignas; Murriketarik ez! Negoziazioa orain!, los tres sindicatos denunciarán "la situación a la que se ha llevado a Osakidetza por parte de sus actuales gestores". Según censuraron ayer a través de un comunicado conjunto, "las políticas de reducción del gasto sanitario están desbordando las listas de espera", "hacinamiento y saturación" que también "se están generando en la atención primaria". Las centrales criticaron también "la falta de capacidad organizativa y de gestión" en las distintas organizaciones de servicios, que generan "la pérdida de calidad asistencial y la desmotivación de la plantilla", así como el "ninguneo" de los sindicatos en las distintas reuniones con la dirección, "sin que apenas exista margen negociador". El relevo en la dirección de Recursos Humanos de Osakidetza tras la dimisión de Esteban Ruiz el pasado noviembre, para más inri, dejó vacante este puesto durante cerca de dos meses.
Consultadas por este periódico, las portavoces de las tres centrales abertzales valoraron ayer este nuevo paso dado dentro de la lógica. "La batalla estaba ya abierta, pero no se ha dado ningún paso para solventar la situación", considera Mirari Irure (ELA). Por su parte, Mati Iturralde (LAB) denunció que "la modificación de las condiciones laborales está cayendo en la más absoluta imposición", en un escenario de "reducción de recursos económicos y de empleo". A juicio de Arantza Armentia (ESK), "sólo se habla cuándo y de lo que Osakidetza quiere y para dar información, no debatir".
A las asambleas de las centrales abertzales también se unirán esta semana reuniones paralelas de Satse, SME y FFHE con los trabajadores, así como una nueva mesa sectorial, mañana, que se prevé caliente.