Madrid. Las carreteras y las vías de acceso a las grandes ciudades registraron ayer los problemas habituales de un lunes cualquiera en el primer día de aplicación del nuevo límite de velocidad de 110 kilómetros por hora en autopistas y autovías, en una jornada en la que se terminaron de poner a punto señales y radares.

Los accesos de tráfico rodado a las grandes ciudades registraron ayer las mismas retenciones de siempre en el primer día de entrada en vigor de la reducción de la velocidad en autovías y autopistas de 120 a 110 kilómetros por hora.

Fuentes de la Dirección General de Tráfico informaron de que la entrada en vigor de la reducción de velocidad "no ha tenido ninguna repercusión, salvo en Barcelona, donde hoy (por ayer) es fiesta".

Los accesos a ciudades como Madrid, Valencia, Sevilla y Granada, "han estado igual que siempre y no han registrado nada fuera de lo normal. Ni más ni menos", agregaron las fuentes. Por el momento, Tráfico no tiene previsto facilitar datos de velocidad media en las carreteras o del número de infracciones cometidas con el nuevo límite hasta que pasen unos días, ya que las cifras de una jornada, aseguran en la DGT, no son significativas desde el punto de vista estadístico. La rebaja del límite de velocidad ha seguido suscitando críticas de diversos colectivos en su primer día de aplicación.

DVuelta y la plataforma Movimiento 140 han pedido al Tribunal Supremo que paralice de forma urgente la vigencia de la norma en un recurso contencioso administrativo contra el decreto que limita la velocidad.

Para los demandantes, el ahorro energético no puede constituir la causa de reducción de los límites de velocidad a tenor de la Ley de Seguridad Vial, ya que, según denuncian, este supuesto no aparece en ninguno de sus artículos. Reproches también de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que aseguró que la medida responde a un "afán recaudatorio" porque el Ejecutivo necesita dinero para conseguir "los objetivos de déficit". Para Cospedal, las sanciones se imponían hasta ahora por atentar contra la seguridad vial y ahora se hace por no cumplir con las medidas de ahorro, lo que a su juicio no tiene "buena cobertura jurídica".

En esta misma línea, el secretario general de la Unión de Guardias Civiles (UGC), Manuel Mato, calificó el nuevo límite de velocidad de "tomadura de pelo" y añadió, en tono irónico, que una buena medida para ahorrar combustible y aumentar la seguridad vial, podría ser circular a caballo.