vitoria. Una mujer descolgó ayer el teléfono para manifestar a la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir) sus sospechas de que una hermana suya pudo haber sido robada en los 60 en la antigua clínica Arana, reconvertida a día de hoy en un geriátrico.
Una vez más, la víctima del supuesto tráfico de bebés volvía a ser una niña, "a la que se llevaron corriendo, después de decirle a su madre que había nacido muerta", tal y como afirmó su familiar por los recuerdos que tenía su madre, ya fallecida. Con esta, ya son cuatro las supuestas adopciones irregulares, después de que Noemí Soria informase del caso de su hermana, al igual que una anciana con su hija, más otro caso al que ha tenido acceso DNA, después de que el martes este periódico desvelara la incidencia de este escándalo en Álava.