vitoria. Hoy cumple su vigésimo día en huelga de hambre y ayer denunció que Sabico, la empresa de seguridad para la cual trabaja, ha comenzado a presionarle tanto por el flanco laboral como por el familiar. Raúl, el escolta privado protagonista de esta historia, lleva desde el 16 de agosto sin probar bocado para exigir que se le permita ejercer su derecho a conciliar la vida laboral y familiar. Ha solicitado que se le busque un destino en el que no sea imprescindible invertir las diecisiete horas que dedica de media a trabajar, una decisión que representa una merma considerable de su trabajo pero que le permitiría pasar algún tiempo con su hija pequeña. La empresa no solo ha desestimado sus requerimientos sino que además, según asegura el trabajador, ha comenzado a insinuar que la protesta podía acarrearle un veto profesional con el Gobierno Vasco -institución para la que realiza servicios Sabico-, o que podría provocar que el Departamento vasco de Asuntos Sociales investigue con detalle la situación familiar de la hija de Raúl. Las amenazas son, por el momento, "indirectas" que, señala, podrían materializarse si no renuncia públicamente a sus demandas.
Tras reunirse esta semana con el comité de empresa y recibir a través de esta vía noticias sobre la postura de la firma de seguridad, Raúl aseguró ayer sentirse decepcionado. "No han respondido a ninguna de mis peticiones, se han limitado a plantarme los documentos que piensan utilizar como defensa en el caso de que esto vuelva a los tribunales", manifestó. Tal y como señaló el trabajador, Sabico pretende demostrar que sólo trabaja unas diez horas por jornada. "Sólo tienen en cuenta las horas que pasamos físicamente con el protegido y no computan todo el tiempo que pasamos esperándole a que salga de sus quehaceres. Trabajamos unas diecisiete y estamos disponibles las 24 horas ", explicó.
Cuando este espinoso asunto llegó a los juzgados, el juez desestimó su petición "por las peculiares condiciones del trabajo del escolta, que hace prácticamente imposible atender el servicio mediante jornadas de horario prefijado" pero pidió a Sabico que al repartir servicios se guiara "por el principio de buena fe", algo que Raúl asegura se ha incumplido.