VITORIA.- En Euskadi, conscientes de la importancia que tiene ir reciclándose, y más aún en un contexto de crisis económica como es el actual, los datos recogidos a lo largo de la última década reflejan que se ha producido un avance continuo en la tasa de formación permanente, pasando del 4,5% del año 2000 al 13,5% del año 2008. En la actualidad se puede decir que es la comunidad autónoma con un mayor porcentaje de población preocupada por seguir aumentando sus conocimientos. En este sentido, la personas con mayor formación y las activas en el mercado de trabajo son las que efectúan más actividades de aprendizaje, especialmente las que tienen un mayor nivel educativo.

En todo el Estado, de hecho, sólo ha llegado hasta el objetivo europeo Euskadi y Navarra. El resto está por debajo de la media fijada, con porcentajes que oscilan entre el 10 y el 12%. Según destaca en un estudio el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa, las comunidades que más apuestan por la formación permanente, por detrás de las dos ya citadas, serían Ceuta y Melilla, Madrid y Galicia, mientras que en Cataluña, Baleares y Cantabria habría menos personas participando en este tipo de actividades.

Con respecto al resto de la UE, Euskadi también se posiciona de una forma holgada, ya que se sitúa entre los siete primeros países que tienen ciudadanos adultos realizando cursos de formación. Por delante están sólo Suecia, Dinamarca, Finlandia, Reino Unido, Países Bajos y Eslovenia.

La Comisión Europea definió el aprendizaje permanente como "toda actividad de aprendizaje realizada a lo largo de la vida con el objetivo de mejorar los conocimientos, las competencias y las actitudes con una perspectiva personal cívica, social o relacionada con el empleo". El concepto es una de las propuestas más atractivas de la sociedad del conocimiento y de la información, que demanda que la formación no se vincule exclusivamente a un periodo determinado de la vida, que suelen coincidir con la juventud. En la coyuntura social actual de crisis, la formación permanente ofrece a las personas ocupadas nuevos conocimientos y habilidades útiles para el empleo, mientras que para las personas desempleadas, la formación es fundamental para su reinserción laboral pues cualifica, recicla o mejora su nivel de conocimientos. En definitiva, incrementa la productividad y capital humano de los diferentes países, y de paso satisface las necesidades individuales de formación. Por este motivo, la Comisión Europea ha pensado ya en fijar un nuevo objetivo, del 15%, para alcanzarlo en la década 2010-2020.

diferencias de género Salvo en Alemania, dentro de los países de la Unión Europea, y en Murcia, dentro del Estado, son las mujeres las que participan en un porcentaje mayor que los hombres en actividades de formación permanente. En Euskadi, por ejemplo, la diferencia debida al género es de tres puntos -un 15% de mujeres frente al 12% de los hombres-, una de las más altas entre las distintas comunidades autónomas.

La asunción de responsabilidades familiares destaca como principal argumento de las mujeres adultas que no se han formado en los últimos años, y pese a ello son las que con más frecuencia se animan a realizar cualquier tipo de curso, cursillo o taller que les permita ser más competitivas en el mercado de trabajo. Entre las principales razones que argumentan ellos para no seguir preparándose está el de la edad, y es que el envejecimiento va unido con una falta de motivación, según revelan distintos estudios llevados a cabo en este campo. De hecho, es el segmento de 25 a 34 años el que menos se retrae cuando se trata de aprender más.

Algunos de ellos optan por la Formación Profesional, estudios que aunque también notan los efectos de la crisis, suelen dar garantías a la hora de encontrar un trabajo. Para el próximo curso, de hecho, un total de 4.735 personas se han matriculado para cursar un ciclo de grado medio o superior en los centros educativos alaveses, lo que supone un crecimiento superior al 3% con respecto al año pasado.

La mayor demanda de empleo proviene por parte de empresas que requieren personas con un perfil más técnico. Prueba de ello es que sólo el 12% de las contrataciones registradas en la CAV corresponde a titulados universitarios, mientras que el 19% va a parar a estudiantes de FP. Las especialidades con mayor tasa de ocupación laboral suelen ser las de mantenimiento de servicios de producción (87%), fabricación mecánica (86,2%), electricidad, electrónica y construcción, todas ellas con un nivel de inserción del 85%.