Vitoria. El Departamento de Agricultura de la Diputación Foral de Álava ha reiterado su rechazo a la reducción de los rendimientos de uva para este año porque va en contra de los viticultores alaveses de la denominación, que vienen apostando año tras año por la mejora de la calidad frente a la cantidad y perjudicando ese esfuerzo con una penalización a sus economías. La institución foral ha pedido al Gobierno Vasco, que ostenta la representación en el Consejo Regulador que recurra esta medida.
El Pleno del Consejo Regulador del Rioja celebrado ayer aprobó las normas de vendimia propuestas por la Interprofesional y ratificadas a su vez por el Ministerio de Medio Ambiente.
Estas normas de campaña fijan el rendimiento del viñedo para esta próxima vendimia 2010 en un máximo autorizado de 5.850 kilos por hectárea en uva tinta (un 10% menos que la pasada temporada), mientras que para uva blanca el rendimiento máximo se mantiene en 9.000 kilos por hectárea. Igualmente, el máximo de vino amparado en la transformación uva-vino se sitúa en 69 litros por cada cien kilos de uva para las variedades tintas y 70 litros para las blancas.
Además de la reducción en la producción, cada viticultor y elaborador podrá decidir voluntariamente y de mutuo acuerdo, la constitución de un stock cualitativo mediante la entrega de hasta 650 kgs./ha. de uva tinta por encima del rendimiento máximo amparable. Para acceder a la constitución de este stock cualitativo, el agricultor deberá presentar al Consejo antes del 10 de septiembre, y en cualquier caso antes de empezar la vendimia, la declaración suscrita por ambas partes.
El vino obtenido de estas uvas deberá permanecer en bodega hasta que el Consejo Regulador determine mediante un cálculo objetivo si resulta amparado en todo o en parte, o debe ser destinado a destilación, en función de la evolución de las ventas y su relación con las existencias.
Independientemente del rendimiento máximo amparable de 5.850 kgs./ha. y de la constitución o no del stock cualitativo por parte del viticultor, para esta vendimia 2010 se entenderá justificada la entrega en bodega de hasta 650 kilos de uva por hectárea para las variedades tintas y hasta 900 para las variedades blancas en atención a las condiciones climatológicas que pudieran incidir al final del ciclo vegetativo del viñedo, bien entendido que, en ningún caso, podrán resultar amparados por la denominación los vinos obtenidos de estas uvas.
CRISIS Y BAJO CONSUMO Estas medidas, lógicamente, sólo benefician a los grandes productores-elaboradores que han encontrado en la reducción de rendimientos un alivio a los problemas de almacenaje y comercialización que vienen padeciendo tanto por la crisis económica como por la reducción del consumo en casi todos los canales de compra, menos en el domiciliario.
Sin embargo, a los medianos y pequeños productores, que tienen mayor facilidad para dar salida a sus producciones les perjudica porque reduce los volúmenes de elaboración, descalifica de partida una cifra importante de uva y vino y les obliga a un almacenaje no voluntario.
La confirmación de la puesta en marcha de estas normas ha provocado que el Departamento de Agricultura manifieste su oposición, como ya lo hizo cuando la Interprofesional adoptó aquel acuerdo que tiene también el rechazo de las principales organizaciones sindicales agrarias, como la Unión de Agricultores de las tres regiones de la Denominación y EHNE.
La diputada Estefanía Beltrán de Heredia cuestiona que para conseguir un equilibrio y una mejora cualitativa se haya optado por reducir los rendimientos en la producción de uva tinta cuando los productores de Rioja Alavesa han dedicado todos sus esfuerzos a conseguir un producto final de calidad.
"Los viticultores alaveses han priorizado la calidad frente a la cantidad, realizando un seguimiento exhaustivo de los viñedos y aplicando nuevas técnicas de cultivo. Sin embargo, este esfuerzo se ve gravado con la adopción de esta medida", indica la titular de Agricultura.