Vitoria. Álava es el territorio donde más aceleradas están las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV). Hasta tal punto es así que todos los tramos, sin excepción, están en construcción, a diferencia de las ramas vizcaínas y guipuzcoanas que completan la Y vasca, el proyecto angular que conectará la Península con Europa y que será un 58% visible cuando acabe este año. El territorio alavés, incluso, cuenta con algún punto ya finalizado, como es el caso del subtramo dos de Arrazua/Ubarrundia-Legutiano, donde en 2006 se produjo el inicio de las obras del TAV.

Asimismo, la infraestructura de la alta velocidad ha llegado ya al término municipal de Vitoria, por lo que sólo falta la recta final: adentrarse en la capital alavesa, donde las cuatro administraciones -Ayuntamiento, Diputación, Gobierno Vasco y Ejecutivo español- aportarán 476 millones de euros para adaptar la estación de ferrocarril al TAV. Para soterrar el trazado ferroviario en Vitoria, se prevé construir un túnel de 6,8 kilómetros y una nueva estación bajo el parque de Arriaga, que podría contar con seis vías pasantes que se encontrarían a 17 metros de profundidad.

En total, más de 50 kilómetros están ya en obras entre Vitoria y Bilbao, un ramal que se pretende inaugurar en 2013. Este punto entre las capitales alavesa y vizcaína es el más adelantado ya que el 60% de los 90 kilómetros de extensión ya está en obras. El avance de los trabajos es todavía más reseñable si se tiene en cuenta que de los 90,8 kilómetros entre Vitoria y Bilbao, un 80% del ramal discurre sobre estructuras singulares. Según informaron desde el Ministerio de Fomento, habrá 44 viaductos y 23 túneles. La situación de la alta velocidad en Gipuzkoa es la opuesta ya que es la más retrasada. Lakua espera que el ramal guipuzcoano -de cuya construcción se encarga el Gobierno Vasco a través de su sociedad Euskal Trenbide Sarea (ETS)- esté al 55% al final del ejercicio ya que en la actualidad las máquinas sólo trabajan en unos 14 kilómetros.

Los técnicos de la empresa vasca que gestiona las obras han tratado de mejorar los proyectos originales para minimizar el impacto de las vías del tren veloz sobre el territorio. Esta profunda revisión es una de las causas por las que el ramal guipuzcoano acumula un retraso respecto al resto de la Y vasca, que comenzó a ejecutarse dos años antes entre el tramo entre las capitales vizcaína y alavesa.

La siguiente parada será la conexión de la capital alavesa con Burgos, unos 89 kilómetros que posibilitarán continuar con la línea Valladolid-Burgos-Vitoria. Una zona que también destacará por sus construcciones singulares, tal es el caso del viaducto de 1.260 metros de longitud, en el subtramo de Miranda de Ebro-Armiñón, o del túnel de 2.250 metros del subtramo Armiñón-Lapuebla de Arganzón, de 6,6 kilómetros de longitud.