Vitoria. La sociedad alavesa pasa por su peor momento económico desde 2004, según los últimos datos que posee Cáritas. Esta situación se refleja en el incremento en la petición de ayudas económicas que se producen desde el año pasado, que se ha agudizado durante el primer semestre de 2010. No hay duda. La sociedad alavesa vive ahora los meses más duros de necesidad.

No obstante, se espera que esta situación se revierta progresivamente ya que los pésimos datos de este inicio de 2010 parecen obedecer a que están sustentados en los sectores más débiles. Mientras llegan las ayudas institucionales, que se han retrasado debido al cambio de gobierno, organizaciones como Cáritas asumen una labor sustitutiva. Pese a ello, las alarmas ya se han disparado. Todo lo que no sea un cambio de tendencia supondría una ratificación de que la situación económica del territorio es alarmante.

Bien es cierto que la realidad tampoco fue demasiado halagüeña en 2009. Según explicaron ayer los representantes de Cáritas Álava, la demanda de ayudas económicas durante el pasado ejercicio aumentó un 37,6% con respecto a 2008.

Para comprender tal situación, no hay más que echar un vistazo a los datos de personas que se dirigieron a las oficinas de Cáritas a lo largo del pasado ejercicio. Un total de 17.149 ciudadanos con problemas se acercaron para obtener información. Todo ello se tradujo en 9.494 respuestas correspondientes a 5.457 expedientes, un 5,6% más que en 2008. Precisamente de estas solicitudes de ayuda, 1.647 fueron económicas.

Esta situación ha llevado a que la asociación cerrara la campaña de 2009 con un déficit de 57.098 euros. No en vano, el pasado año se dedicaron 895.781 euros (por los 791.613 del anterior ejercicio) a trabajos de acogida y atención primaria para garantizar el pago de la vivienda, los procesos de formación de los usuarios y el mantenimiento básico de los solicitantes.

Esta situación no desembocó en unos resultados peores gracias a la solidaridad de la sociedad alavesa que, a pesar de haberse apretado el cinturón ante la actual coyuntura económica, hizo un esfuerzo en los donativos económicos. De hecho, se alcanzaron 768.500 euros provenientes de los donativos, un 40% más que en 2008.

Ante la precaria situación del mercado de trabajo de los últimos tiempos -que se ha visto afectado de manera exponencial-, la asociación religiosa ha actuado ampliamente en el sector de la inserción laboral. Obtuvo grandes resultados en su programa de gestión de servicio doméstico Lan Bila, que hace de intermediario entre demandantes y solicitantes de trabajos en el hogar. Esta herramienta recibió 814 demandas de trabajo y 470 ofertas y sirvió para encontrar empleo a 302 personas. En cuanto a los talleres ocupacionales, 187 ciudadanos se formaron para el trabajo.