El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, volvió a reclamar ayer que los responsables del vertido del Golfo de México paguen por el desastre ecológico y advirtió de que los culpables serán llevados ante la Justicia si se demuestra que han incumplido alguna ley. Obama señaló que lo que está en juego en la costa sur de Estados Unidos "no es sólo una fuente de ingresos, sino una forma de vida". Por su parte, British Petroleum puso ayer en marcha una nueva y arriesgada operación para contener el derrame de crudo en el Golfo de México, aunque temen que temporalmente pueda incrementar el flujo de petróleo.