vitoria. El Real Automóvil Club es experto en vehículos y, dentro de su organización, Luis Murgia es el especialista en materia de Seguridad Vial. El endurecimiento de la normativa no le ha sorprendido ya que, como explica, "en el resto de Europa el tema ya se ha puesto más serio". En Francia, país que ya adoptó medidas similares a las que se aguardan para el 25 de mayo, fue el presidente de la República en persona el encargado de comunicar la noticia. Por televisión y en prime time. "En nuestro caso no han comparecido ni el presidente ni el ministro. Ha bastado con el director de la DGT", sopesa Murgia.
A su juicio, la revisión de la Ley "habrá a quien le parezca muy mal y a quien le parezca muy bien". "El que nunca ha tenido una multa ni perdido puntos del carné lo verá mejor y quien ha pagado sanciones lo verá peor", aclara. En todo caso, recuerda que las asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico clamaban desde hace años a jueces y legisladores por un modelo más duro, si bien nadie se atrevía a hincarle el diente a la Ley "al considerar que era el peaje que se pagaba al progreso".
"Se ha dado un cambio en la percepción social de los accidentes, que antes se consideraban inevitables. Y creo que en ello tuvo mucha influencia hace unos años el caso de Farruquito. Aquello revolvió muchas conciencias por lo evidente y lo sangrante del suceso, fue un punto de inflexión. La gente se dio cuenta de que había casos en los que el autor no debía quedar impune y todo aquello dio pie al endurecimiento que vivimos ahora", reflexiona el experto del RAC.
Tras el desembarco del carné por puntos, las sucesivas entregas del culebrón legislativo han tenido que ver con revisiones o adaptaciones de la Ley. "Lo que funciona en un país no vale para otro", aclara Murgia. Lo que no se ha realizado es la adecuación a la contra, es decir, el encaje de la norma a las prestaciones de las carreteras actuales y de los vehículos modernos. "El coche ha mejorado muchísimo, las carreteras están muchísimo mejor que hace quince años y todo ello ha contribuido a que se reduzca el número de víctimas mortales en la carretera. El tercer factor es el conductor, que es mucho más difícil de controlar porque somos millones y andamos sueltos por ahí", repasa. Precisamente eso es lo que ha decidido la Administración con su política vial. Controlar a los conductores a base de apretar el corsé normativo. Una postura que, tal y como señala Murgia, "tristemente, funciona". "Sería más fácil criticarlo si no fuese así, pero es que cuando nos dan con el palo, cuando nos tocan el bolsillo o nos quitan los puntos, es cuando hacemos caso". De hecho, la mano dura ha hecho posible que en 2010 se haya reducido al 50% el número de muertos en carretera a nivel europeo, una meta que en 2002 parecía utópica.