LISBOA. Los padres de la niña británica Madeleine McCann, desaparecida en Portugal en 2007, acudieron hoy a la sesión final del juicio contra el ex policía que investigó el caso, Gonçalo Amaral, que fue vitoreado por un puñado de personas en la calle antes del inicio de la vista.

Kate y Gerry McCann regresaron hoy por tercera vez a Portugal desde que salieron precipitadamente del país en septiembre de aquel año tras ser declarados temporalmente sospechosos de la desaparición de su hija por el equipo de Amaral, al que ahora demandan por difundir sus investigaciones en un libro.

En la entrada del tribunal, Amaral defendió el contenido de la obra y subrayó que "es un relato de seis meses de investigación" y que lo publicó porque fue "blanco de muchas calumnias, muchas difamaciones y muchas injurias" por su trabajo.

El ex policía, que durante el juicio se lamentó de "falta de coraje político" en el caso, reclamó su derecho a la libertad de expresión y consideró, en defensa de su labor investigadora, que la decisión de los Fiscales de cerrar el caso "no deja de ser una opinión".

El juicio, de cuyas consecuencias puede derivarse el pago de 1,2 millones de euros que los padres de Madeleine reclaman al ex inspector como indemnización por calumnias, comenzó el pasado 12 de enero tras un aplazamiento en diciembre y concluye hoy con la declaración de los últimos testigos y la lectura de las conclusiones de los abogados de ambas partes.

La vista se celebra en el Tribunal Civil de Lisboa presidida por la magistrada Gabriela Cunha, que debe decidir si mantiene la prohibición de la obra de Amaral "Maddie, la verdad de la mentira" que ya suspendió de forma cautelar el pasado 9 de septiembre.

El ex policía abandonó la investigación sobre Madeleine y se jubiló anticipadamente en 2007 y sugiere en el libro que los padres de Madeleine están involucrados en una hipotética muerte accidental de la niña y en la ocultación de su cadáver.

La obra fue publicada cuando la Justicia lusa cerró el caso, por falta de pruebas sobre la suerte que pudo correr la menor, el 29 de julio de 2008.

Además de la prohibición de la obra los McCann decidieron durante el juicio acusar a Amaral de violación de secreto de sumario por revelar hechos de la investigación en su libro, que estaba impreso y listo para su difusión antes del anuncio del cierre de la causa.

En las sesiones del juicio Kate y Gerry McCann reiteraron su inocencia y el convencimiento de que la niña fue raptada y aún sigue viva.

El padre recordó en una intervención pública que no es a ellos a quienes se juzga en Lisboa sino a Amaral y aseguró que aunque su libro ha perjudicado la búsqueda de Madeleine, ellos no la van a abandonar porque no hay ninguna prueba de que esté muerta.

Madeleine desapareció el 3 de mayo de 2007 cuando estaba a punto de cumplir cuatro años y sus padres, una pareja de médicos británicos, organizaron un despliegue sin precedentes en los medios de comunicación para buscarla y recaudaron varios millones de euros en donaciones.

Cuando fueron exculpados por la Justicia lusa de las sospechas formales en su contra obtuvieron también varias indemnizaciones de tabloides británicos por las informaciones que habían publicado sobre su posible relación con la desaparición de la niña.