El frío se presentó, como unvisitante más en la nueva edición de la Feria Agrícola de Navidad,celebrada ayer un año más en la Plaza España.

Aunque a pesarde las bajas temperaturas registradas estos días en la capital alavesa,lo cierto es que cientos de personas, llegadas también de fuera deVitoria, se dejaron ver entre los pasillos repletos de puestos. Laoferta era amplia y variada, desde embutidos, patés y quesos, hastaconservas o talos. Pero las flores, la repostería y la artesaníatambién tuvieron su hueco en la Plaza Nueva.

Conforme avanzabala mañana, la gente se iba animando más y más, los brazos de losasistentes comenzaban a llenarse de productos de la zona. "Este año mellevo txistorra, pastel vasco, queso y pan", contaba María Dolores,bolsas en mano.

Aun así, los visitantes se mostraronbastante precavidos. Primero mirar, para después comprar. "Aunque lasventas han estado un poco paradas, todos se lanzan a comprar cuandollega la hora de comer", comentaba Fernando, que vino desde Navarra consu puesto de chocolates y garrapiñadas.

Precisamente, deeste puesto se llevó Blanca más de una cosa. "Me llevo un chocolate delque se hacen muy pocos kilos al año y, además, unas naranjas confitadascon chocolate", decía contenta tras la compra realizada.

Aunquetodos los feriantes coincidían al señalar que las ventas subirían conla hora de comer, lo cierto, es que no todos se mostraban igual desatisfechos. Los culpables: el frío y la crisis. María Jesús,responsable de un puesto de conservas especializado en patés decentollo y de langosta, era una de las más pesimistas. "Las ventasestán siendo frías, igual que el tiempo", manifestó.

Aunquealgunos, como Pedro, hicieron suyo el dicho que reza que al mal tiempo,buena cara. "El día es inmejorable, lo que tiene que ser mejor es lacartera", afirmó el veterano feriante.

Mientras muchospaseaban pasillo arriba y abajo, otros se agolpaban en el puesto deLucio. "Expongo gallos y los hemos vendido casi todos, aunque creo quea la hora de sacrificarlos, mucha gente no lo hará por cariño",relataba entre risas.

Uno de los más tardíos en llegar ymontar su puesto fue Jose María. "Vengo tarde, porque la sidra no esalgo que se tomen a las diez de la mañana, para eso se beben un café",se refirió el sidrero y añadió que "a media mañana ya se va animando lacosa". A pesar de que con el frío la gente se decanta por bebidascalientes, lo cierto es que fueron varios los valientes que sepasearon, sidra en mano, a lo largo y ancho de la feria.

Seacerca la hora de comer, el ambiente en la plaza aumenta y la comienzaa echarle el ojo a varios productos que llevarse a casa. O no. "Acabode llegar pero me acabo de comprar un txoripan para comer ahora mismo",comenta Blanca, visitante habitual del mercado.

Como ella,la mayoría de feriantes y visitantes repetían experiencia de añosanteriores, pocos son los que se acercaron ayer hasta la céntrica plazapor primera vez. La gente, un año más, respondió y por ellos, eltradicional mercado agrícola de la capital alavesa sigue gozando debuena salud. Y por muchos años.

reparto de plantas Elajetreo estuvo presente durante todo el día, no sólo por el movimientode la propia feria, sino porque, de forma paralela, se celebró el 52ºconcurso avícola de Navidad en el que fueron premiados los diez mejorespuestos de aves. No obstante, también recibieron trofeos los mejoresrepresentantes de las diez secciones que forman el mercado, al margende las aves. Además, aprovechando la celebración de la feria, el Centrode Estudios Ambientales (CEA) repartió entre los asistentes 2.000plantas de roble junto con un folleto con los cuidados de estosárboles. Esta iniciativa se enmarca dentro de la campaña Adopta un árbol y crece con él.

AlbaCañadas, concejala de Medio Ambiente, se dejó caer por la carpahabilitada en la plaza para el reparto. "Que la gente tome concienciade la importancia de los árboles en nuestro entorno y que los tenemosque cuidar desde el principio", subrayó.

El objetivo finales que todos estos ejemplares sean plantados el domingo 14 de marzo de2010 en el parque del Zadorra, en Abetxuko. No obstante, la respuestade la población hacia esta actividad fue tal que en apenas dos horas ymedia no quedaba ni una planta por repartir en la plaza. Todo un éxito.