donostia/palencia. El nombramiento de José Ignacio Munilla como nuevo obispo de Donostia generó ayer todo tipo de reacciones, sobre todo entre los partidos políticos. Pese a que el hasta ahora obispo palentino pidió que no se hagan "lecturas políticas de la vida de la Iglesia", en Euskadi hubo a lo largo de la jornada posturas críticas, advertencias y un solo apoyo evidente, el del PP. Lo que está claro es que la decisión de la Santa Sede a la hora de elegir al sustituto de Juan María Uriarte no ha pasado desapercibida.
Munilla nació en San Sebastián el 13 de noviembre de 1961. Inició los estudios eclesiásticos en el Seminario Mayor de Toledo, pero los finalizó en la capital guipuzcoana, donde fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1986. Uriarte, que renunció al gobierno pastoral de la Diócesis de San Sebastián en junio de 2008 tras llegar a los 75 años de edad, destacó de su sucesor -a partir de enero- su "gran capacidad de trabajo y recia espiritualidad". "En ningún rincón del mundo" es fácil la comunión de todos con el obispo, pero "por eso habremos de cultivarla", apuntó Uriarte.
El futuro ex obispo de Donostia se refirió, de esta forma, a las primeras reacciones ante el nombramiento del Papa. PNV y PP fijaron ayer sus posturas de nuevo. Por un lado, el presidente jeltzale en Gipuzkoa, Joseba Egibar, advirtió del carácter "ultraconservador" del nuevo obispo, cuyo nombramiento enmarcó en una estrategia para "despersonalizar" y "desarraigar" la Iglesia vasca. Egibar insistió en que "no hay nada más a la derecha" que el cardenal Antonio María Rouco Varela o el propio Munilla.
Por contra, el secretario general del PP en Gipuzkoa, Borja Semper, quiso mostrar su respeto con la decisión "autónoma" de la Iglesia, pero también aseguró que este nombramiento "va a conseguir, de una vez por todas, que desaparezca cierta ambigüedad que la Iglesia, concretamente en Gipuzkoa, ha mantenido respecto a ETA y las víctimas".
"el pastor de todos" Munilla, por su parte, ofreció una conferencia de prensa en Palencia donde se comprometió a ser "el pastor de todos, sin excluir a nadie". El hasta el momento obispo palentino -fue nombrado responsable de esta diócesis en 2006, cuando se convirtió en el obispo más joven del país- afirmó que acudirá a su nuevo cometido sin ganas de polemizar, puesto que confía "en la buena voluntad de todos". Recalcó que trabajará en Gipuzkoa "con humildad y confianza" y asumiendo la pluralidad que encontrará entre los fieles guipuzcoanos.
En este sentido, el secretario general de EA, Pello Urizar, pidió ayer al obispo que "tenga conciencia" de la realidad social de Euskadi y que actúe en consecuencia porque, de no ser así, "puede crecer el distanciamiento entre la Iglesia y la sociedad". Mientras, el coordinador de EB, Mikel Arana, opinó que la llegada de Munilla es un tema que "afecta a los católicos, pero no a los que no lo somos". El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, confió en que la opción ideológica de Munilla no resulte determinante para realizar su trabajo. Eso sí, el portavoz del PSE, José Antonio Pastor, admitió que esta decisión de la Iglesia, al elegir a un prelado con una ideología "muy conservadora", parece que puede provocar "algún que otro roce" entre sus feligreses.
El párroco de Añorga o los fieles de Zumárraga, por ejemplo, valoran su capacidad de trabajo y buena voluntad. Mientras, otras voces de la iglesia guipuzcoana no dudan al admitir su temor de que la aparición de Munilla pueda echar por tierra el trabajo realizado en las últimas cuatro décadas para humanizar a los párrocos o impulsar la participación laica.