Las EPOC son un grupo de enfermedades que provocan dificultad progresiva para respirar, de las cuales, las dos más comunes son la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar. “Su principal causa es la exposición al humo del tabaco, lo que incluye tanto a personas fumadoras como a fumadores pasivos. También puede estar causada por la exposición prolongada a la contaminación atmosférica o a otras sustancias irritantes transmitidas por el aire como el polvo o sustancias químicas”, explica el doctor Julio Maset, de Cinfa.

La primera es la inflamación de la pared interna de los bronquios, mientras que el enfisema se caracteriza por el deterioro o destrucción de los alveolos, una especie de pequeños sacos localizados al final de los bronquios, en los pulmones, que reciben el aire que entra en el organismo al respirar.

“En caso de enfisema, las paredes internas de estos pequeños sacos se debilitan y se rompen, lo que crea espacios de aire más grandes y, por tanto, disminuye la cantidad de oxígeno que llega a la sangre”, apunta.

“Aunque estos síntomas se agravan con el tiempo, suelen ser leves al principio, por lo que la persona con EPOC no les da importancia o desconoce que padece la enfermedad, que, sin tratamiento, continúa progresando y aumentando los daños en bronquios y pulmones. Incluso, con el tiempo, puede desencadenar complicaciones como trastornos cardiacos, neumonías y otras infecciones respiratorias, desnutrición, trastornos del sueño y depresión”.

La manifestación frecuente más característica del enfisema y la bronquitis crónica es una sensación de falta de aliento, que empeora con la actividad y el esfuerzo. El experto indica diez recomendaciones para convivir con la enfermedad.

Diez consejos

1. Si fumas, déjalo

Es la única medida que puede frenar la EPOC cuando su causa es el tabaco. Si necesitas ayuda para dejar este hábito nocivo, pídela. Evita también los cigarrillos electrónicos, que otras personas fumen a tu alrededor y respirar humo ambiental.

2. Protégete del aire frío

El frío puede provocar espasmos en los conductos bronquiales y, por tanto, aumentar las dificultades para respirar. Para evitarlo, cuando bajen las temperaturas, cúbrete la boca y la nariz con una bufanda ligera o una mascarilla.

3. Evita contraer infecciones respiratorias

Siempre que sea posible, no pases tiempo con personas con gripe o resfriadas y, si has de relacionarte con grandes grupos, usa mascarilla. Lávate las manos con frecuencia y procura llevar contigo un envase de desinfectante de manos a base de alcohol. Evita los cambios bruscos de temperatura.

4. Vacúnate contra la gripe y el covid-19

Hazlo cada año y ponte también la del neumococo, causante de la neumonía. Reducirás en gran medida el riesgo de infecciones, que pueden empeorar los síntomas. En cualquier caso, consulta con tu médico la mejor opción.

5. Técnicas de respiración

Esta técnica de fruncir los labios al respirar se aconseja sobre todo si vas a llevar a cabo alguna actividad que te suponga un mayor esfuerzo. También puedes realizar el siguiente ejercicio varias veces al día: respira hondo por la nariz mientras cuentas hasta dos y expulsa el aire por la boca lentamente con los labios levemente fruncidos.

6. Duerme con la parte superior del cuerpo elevada

Para ello, una buena opción es usar dispositivos especiales o una cama articulada que lo permita. Recuerda que no se trata de flexionar el cuerpo por la parte alta o el cuello, sino desde la cintura. Así, respirarás mejor durante el sueño y el reposo será mayor.

7. Haz ejercicio diariamente

La actividad física puede ayudarte a fortalecer los músculos que se utilizan en la respiración y a aumentar tu capacidad pulmonar, además de mantenerte en forma. Consulta con tu médico qué tipo y plan de ejercicio es mejor para ti.

8. Apuesta por una dieta equilibrada y una correcta hidratación

Consume alimentos saludables y variados como la carne, el pescado, la fruta y las verduras, y bebe mucho líquido para mantener una expectoración fluida. Evita las comidas copiosas y, en su lugar, distribuye su ingesta en cinco y seis veces al día a lo largo del día para aligerar la carga respiratoria.

9. Evita la ansiedad

En ocasiones, los problemas respiratorios pueden interferir en tus actividades cotidianas y tu vida familiar o social. Si te sientes triste o deprimido por ello, haz un esfuerzo por contárselo a tus familiares y amigos. Si es necesario, busca ayuda psicológica o considera unirte a un grupo de apoyo.

10. Consulta a tu médico con rapidez si los síntomas empeoran

El tratamiento precoz te ayudará a mejorar antes y evitar las complicaciones. Déjate ayudar por profesionales, asegúrate de que sigues el tratamiento indicado correctamente, aprende a identificar de forma temprana las agudizaciones, acude a tus citas e incorpora los cambios recomendados.