¿Dónde guardo la fruta? Esta es una de las cuestiones que nos vienen a la cabeza cuando empieza el calor y, de repente, la casa se vuelve un horno y la cocina aún más. Los productos que tenemos guardados en los cajones están demasiado calientes y la nevera enfría demasiado para meterlos ahí. Así que, las costumbres que tenemos para organizar la comida durante el año, no sirven de nada.

Entre todas las frutas que tenemos que aprender a conservar durante el verano, el plátano es la que más dolores de cabeza produce. En un ambiente normal, solo con dejarlo un par de días ya empieza a cubrirse de manchas oscuras hasta el punto de tener que tirarlo a la basura.

Los plátanos tienden a oscurecerse en pocos días. Prexels

Sube el precio de los plátanos

Tirar los plátanos a la basura porque se han puesto negros es la última opción viendo la subida de precios que han experimentado los plátanos en los últimos meses. Actualmente está en un precio que hace mucho que no se veía: a cuatro euros el kilo en el supermercado. El motivo del aumento de precio es sencillo y es que no hay plátanos de Canarias.

En primer lugar, hay menor corte semanal porque, según un productor isleño, la brisa un poco más fuerte de lo normal que tuvo lugar a finales del año pasado destrozó plataneras e invernaderos. A esto se le sumaron las temperaturas más frías que retrasaron el ciclo de maduración. Y, además, también hay escasez de banana, el mayor competidor del plátano.

Un platanero. Pixabay

Entonces, ¿qué hago en verano con el plátano? Por mucho que lo lógico parezca meterlos en el frigorífico, es un error. Por debajo de los 12 grados, los plátanos empiezan a sufrir daños por el frío haciendo que se pongan negros. El frigorífico solo sirve cuando se quiere alargar la vida útil del plátano una vez ya maduro. El frutero tampoco es una buena opción si está situado en una zona donde está expuesto al sol o está cerca del horno o microondas.

Lo mejor es conservar esta fruta en una zona aireada, ventilada y alejada de la luz y el calor directo. Algunas ideas son una estantería que no esté en contacto con el exterior, una despensa o una encimera lejos de la ventana.