El estornudo es un gesto automático y muy frecuente, algo que ocurre sin que pensemos en la reacción de nuestro cuerpo cuando sucede. Dentro de esta acción, hay un detalle que plantea unas cuantas preguntas, entre ellas, la siguiente: ¿por qué es prácticamente imposible tener los ojos abiertos al estornudar?

Detrás de esto, hay una explicación puramente científica que tiene que ver con proteger algunos órganos. Por lo tanto, vamos a ver qué explicación tiene este reflejo que todos vivimos para así entenderlo mejor.  

Más complejo de lo que parece

El estornudo se puede definir como una reacción reflejo compleja del organismo e involuntaria. Entran en juego y de modo sincronizado partes del cuerpo como la nariz, los pulmones, la boca, los hombros, el abdomen, el pecho y hasta los ojos.

Este gesto tiene un claro objetivo: limpiar las vías respiratorias de elementos irritantes como gérmenes, alérgenos y polvo. No obstante, hay algo que siempre va ligado al estornudo: hablamos, por supuesto, de cerrar los ojos

Una mujer estornuda con la mochila al hombro. Freepik

¿Por qué cerramos los ojos al estornudar?

De acuerdo con los especialistas, la función de esta acción es proteger los ojos. Al estornudar, el cuerpo expulsa aire desde los pulmones a gran velocidad (pudiendo alcanzar 160 km/h) por la boca y la nariz. 

Si este aire tan fuerte se dirigiese hacia los ojos, provocaría daños graves. Al tratarse de una zona de tejidos delicados y vasos sanguíneos, se puede considerar como un mecanismo de defensa del organismo. Es por eso que los párpados actúan como elemento de seguridad. 

De forma paralela, hay otra razón. Durante el estornudo, se echan diferentes partículas que contienen virus o bacterias. Gracias a esta respuesta del cuerpo, impedimos que los globos oculares entren en contacto con estas gotas y se infecten. 

Estornudar con los ojos abiertos

Al contrario de lo que se piensa, es posible estornudar con los ojos abiertos. Eso sí, cabe mencionar que es realmente complicado. Y todo ello gracias a un fallo que tiene lugar en el sistema nervioso.

Cuando vamos a estornudar, solemos reaccionar con un cierre reflejo de los ojos. Sin embargo, a veces, esta conexión neurológica se ve interrumpida, no pudiendo llegar a los párpados. Y, como resultado, la persona no puede cerrar los ojos. 

De todos modos, muchos expertos indican que esto es tan solo una anomalía y que no ocurre con frecuencia. Es más, estas personas suelen presentar una falta de reflejos o alteraciones en la respuesta del sistema nervioso.

Intentar estornudar con los ojos abiertos, si bien es posible, no es nada recomendable. Al hacerlo, eliminamos un mecanismo natural de protección, pudiendo causar lesiones o infecciones oculares, y hasta arriesgando otras partes del cuerpo.  

Un hombre a punto de estornudar con un pañuelo en las manos. Freepik

Un mecanismo de defensa 

Por lo visto, el hecho de cerrar los ojos al estornudar muestra un reflejo del sistema nervioso para protegernos y mantenernos a salvo. A pesar de que algunas personas quieran evitarlo, la ciencia defiende el mantener los ojos cerrados, defendiendo el organismo y cuidando la salud.