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Andrea AguilarPsicóloga y terapeuta sexual

“El cuerpo está diseñado para sentir placer”

Cree en un mundo en el que las mujeres puedan disfrutar del sexo con naturalidad y libertad. Por eso, Andrea Aguilar, psicóloga y experta en placer femenino, se dedica a acompañar a mujeres decididas a vivirse desde el placer y a expandir su capacidad para gozarse

“El cuerpo está diseñado para sentir placer”Cristina Santos

“Todas las mujeres somos una fuente inagotable de placer; nuestros cuerpos están diseñados para gozar de forma natural y espontánea”, sostiene Andrea Aguilar, psicóloga, especializada en terapia sexual en la mujer. Su libro Mujer orgásmica está escrito por y para mujeres que deseen explorar su sexualidad más allá de los modelos que nos han impuesto “y despertar el placer multiorgásmico que hay en todas las mujeres”, remarca.

PERSONAL

Andrea Aguilar es terapeuta sexual, experta en placer femenino. Graduada en Psicología es también coach e hipnoterapeuta, especializada en sexualidad consciente y formada en prácticas tántricas y taoístas. Organiza cursos y talleres que ofrece a través de su proyecto Más allá del orgasmo. También divulga sobre sexualidad a través de las redes sociales y es autora del libro Mujer orgásmica.

Web: www.masalladelorgasmo.com

Hablamos de orgasmo. ¿Es mera respuesta física-sexual, sólo contracciones musculares, o solo placer, o es algo más global que afecta al ser entero, cuerpo y mente?

Cuando disfrutas mucho de tu placer y cuando más satisfecha estás en la cama no solo afecta al ser, sino a la vida en general. Lo importante para mí es que se produce una respuesta energética muy grande; la clave está en que nuestro cuerpo se libera y cuando estamos teniendo placer, cuando tenemos sexo hay una energía moviendo nuestro cuerpo; el orgasmo es una liberación de esta energía.

El orgasmo puede aparecer en ellos y ellas, pero usted solo trabaja sobre el de ellas. ¿Por qué causas puede una mujer no alcanzar el orgasmo? (Razones anatómicas, fisiológicas, culturales….)

Por todo eso, pero la realidad, la razón por lo que a la mujer le cuesta conectar con el orgasmo y con el placer tiene que ver con que el sistema nervioso no está regulado y también tiene que ver con que en el cuerpo hay demasiada contracción en lugar de apertura y relajación para permitir más placer. ¿Por qué el sistema nervioso se desregula? Ahí entra todo lo dicho en tu pregunta. Venimos de generaciones de mucho abuso contra la mujer; en muchos de nuestros cuerpos a nivel inconsciente, no racional, el sexo está grabado como algo peligroso. Cuando una se excita mucho, el cuerpo se contrae como para protegerse. La Iglesia, la cultura y toda la herencia de siglos en los que el placer no ha estado en el centro, por supuesto, que tiene un peso, porque hace que cuando estamos excitadas todo eso pueda ponerse en marcha. Siempre digo que a nivel físico, nuestro cuerpo está diseñado para sentir placer.

¿Un orgasmo tiene más que ver con querer tenerlo y sus técnicas que con el cóctel hormonal que lo rodea?

El cóctel hormonal es algo que siempre se da; para mí, en el orgasmo lo más importante no es buscarlo y querer tenerlo, sino es abrir y relajar el cuerpo para que el orgasmo y el placer se puedan tocar. Porque el orgasmo es una respuesta refleja, espontánea, involuntaria del cuerpo a la excitación. Cuando estás muy excitada, la respuesta del cuerpo es liberar energía en forma de orgasmo, pero tú no puedes decir: venga voy a sudar. Eso se da; el orgasmo no es algo que buscas y consigues, lo que hay que hacer es abrirnos y dejar que el orgasmo nos tome y que el placer también. Esa es la diferencia entre ir a buscarlo y dejar que se apodere de nosotras.

Los fisiólogos explican que el orgasmo es controlado por el sistema nervioso involuntario (simpático y parasimpático) o autónomo. ¿Con técnica(s) puede controlarse su aparición/su intensidad y hasta su duración?

La palabra controlar sería bueno quitarla de la ecuación cuando estamos hablando de orgasmos, porque la clave está en soltar el control, dejar que todo ocurra por si mismo. Cuando utilizamos el verbo controlar quiere decir que yo voy a controlar cómo es. La palabra controlar no nos ayuda, usando técnicas de respiración o de movimiento, que también hay varias técnicas que explico en el libro, consigues abrir más el cuerpo y así poderte dejar tomar con más placer y tener orgasmos con más facilidad y más intensamente. Pero la palabra controlar vuelve a decir que yo lo manejo y es muy buena la idea de suelto el control, me rindo y me dejo tomar.

"No se necesita a otro, pero es maravilloso disfrutar de la sexualidad con otra persona”

¿Qué papel juega la autoestima sexual a la hora de disfrutar de un orgasmo?

Cuando más segura te sientes de ti misma en la cama, más fácil es tener orgasmos. Pero también cuanta más facilidad tienes para tener orgasmos, mayor seguridad y autoestima tienes en la cama. Cuando investigué este tema, como tuve anorgasmia muchos años, lo que me pareció más relevante fue comprobar que la dificultad para tener orgasmos está relacionada con baja autoestima sexual, pero también con la personal. Lo segura y satisfecha que te sientes en la cama y la facilidad que tienes para sentir placer, no solo te da esa seguridad y autoestima sexual, sino que también está afectando e impactando a toda tu vida y seguridad en ti misma como persona, porque somos seres sexuales.

Plantea el “transitar de la sexualidad genital a la sexualidad energética”. Conozco y reconozco la primera, pero se me escapa la esencia de la segunda (Yo, como aquí la mayoría, somos occidentales y no sé de Tantra y Tao).

Siempre que tenemos sexo hay energía moviéndose; cuando sientes calor, cosquilleos… esas sensaciones que se producen nos dicen que somos más allá del cuerpo. Para mí, se trata de pasar de poner el foco en lo genital, en la vagina, para ponerlo en todo lo que es sutil y energético, en esas sensaciones y emociones que se están moviendo, porque así ayudas a que se expandan por todo el cuerpo. Se trata de que si siento que mi vagina no responde, cambiar el foco a otras sensaciones que sí estoy sintiendo y fundirse con ellas para que se expandan.

Andrea Aguilar, autora de ‘Mujer orgásmica’

También me ha sorprendido que hable de orgasmo de descarga y orgasmo expandido. ¿Cuál es la diferencia? ¿Un expandido es lo que vulgarmente llamamos multiorgasmos?

No. No tiene porqué; yo llamo orgasmo de descarga a cuando el organismo se contrae y descarga energía de forma que la expulsa. Es ese orgasmo que cuando acabas dices: no me toques y necesito un poco descansar. Es más parecido al orgasmo eyaculatorio del hombre, que se excita y expulsa la energía a través de la eyaculación. Pero en la mujer, la energía sube y se eleva de forma natural. Cuando tenemos orgasmos expandidos de cuerpo entero es como que esa energía se expulsa y se eleva por el cuerpo y circula; entonces los orgasmos se expanden y con facilidad se convierten en multiorgasmos, pero no tienen por qué serlo.

Leer las proposiciones de su libro lleva a preguntarse si el placer depende solo de una misma. ¿Nunca se necesita a otro/otra persona?

No se necesita a otro, pero es maravilloso disfrutar de la sexualidad con otra persona; el placer depende de una misma, porque si no delegamos nuestro poder en que venga alguien y toque la tecla mágica. Por ahí no funciona tan bien, funciona mejor cuando te conoces tú y cuando te permites tú el placer. Y cuando más te lo permites más fácil es que lo disfrutes con alguien en lugar de delegar en otro para ver qué te hace. Es como recuperar el poder. El placer, como no estaba en la ecuación, no lo hemos puesto en el centro, y es donde tiene que estar. Nosotras somos las responsables. Luego, si estamos con una pareja con la que hay química sexual, ayudará un montón. Cuando digo que nosotras somos responsables de nuestro placer no me refiero a que te lo tengas que hacer tu sola, para nada; lo que quiero decir es que cuando estás con alguien, todo funciona mejor si te conoces bien a ti misma, porque la experiencia depende más de ti de lo que te crees. Esa es la idea, no que te lo tengas que hacer sola.

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“El orgasmo es una respuesta refleja, espontánea e involuntaria del cuerpo a la excitación”

De seguir sus propuestas plantea que todas podemos ser multiorgásmicas. Si el placer está tan a mano, ¿por qué hay tanta mujer que se considera sexualmente insatisfecha?

Esa es la cuestión. Yo he tenido cero orgasmos durante más de quince años, y a la mayoría de la gente no nos han contado una sexualidad que nos ayude a sentir más placer. La sexualidad que hemos visto es solo aquella en la que los cuerpos se contraen, y esa sexualidad rápida no nos ayuda a conectar con ese placer infinito que hay en nosotras. Los seres humanos aprendemos por imitación. Y lo que hemos visto es un sexo supercontraido, con mucha violencia. La sexualidad que nos han enseñado no nos ayuda a sentir el potencial de placer que hay para nosotras.

“El sexo es algo más que una experiencia física” sostiene en su Mujer orgásmica. ¿En qué consiste ese “algo más”?

A veces el sexo se convierte casi en una cosa gimnástica de dos personas con un poco de fricción y alguna descarga. No es eso. Es intimidad, conexión del alma. Cuando estamos haciendo el amor, tenemos orgasmos, por unos instantes sales de tu cuerpo, desapareces y luego vuelves; es toda una experiencia espiritual y energética increíble. Muchas mujeres te dicen en consulta que tiene que haber más de lo que están sintiendo, y la respuesta es que sí. Hay mucho placer para nosotras.

“Un libro escrito por y para mujeres que deseen explorar su sexualidad”, dice. Tras leer su libro ¿podríamos deducir que la mujer que no goza de un orgasmo es porque no quiere?

No me gusta decir eso, porque la mujer que no está disfrutando de orgasmos no es porque no quiere; es porque no ha aprendido aún a permitir, relajar y abrir su cuerpo para que se puedan dar los orgasmos. Eso lo podemos aprender todas, por lo tanto, esa mujer también puede aprender a tenerlos. Con la información correcta, practicando y acompañando al cuerpo, todas podemos. Ese es el mensaje, que todas podemos y que ninguna se resigne a sentir menos de lo que merece.