En lo alto de la sierra de Aralar se localiza un conocido templo románico que, según cuentan las leyendas, se levanta sobre la cueva donde vivió un dragón. Una iglesia cargada de simbolismo, sobre todo en el universo montañero; un referente para muchos. Se trata de San Miguel de Aralar.
La ermita se eleva sobre un promontorio, destacando sobre el valle del Arakil, en Nafarroa, un paraje que atesora una dilatada historia, mitología y belleza en estado puro.
Son varias las posibilidades que encontramos para llegar hasta allí. Una de ellas parte desde la localidad navarra de Uharte Arakil. Llegados a la localidad, aparcamos el vehículo y buscamos la zona norte del pueblo para topar con un precioso puente, que salva el rio Arakil.
Pasamos junto a un merendero y tomamos la carretera NA-2410 hacia la derecha. Pronto vemos un desvío por una pista asfaltada que nos indica la dirección hacia el Santuario; al otro lado, podemos visitar el precioso monasterio de Zamartze. Continuamos ascendiendo por el asfalto hasta que, caminado medio kilómetro aproximadamente, un sendero parte a nuestra izquierda, marcado con hitos, que tomamos. Pronto vemos una señal indicándonos que vamos en la dirección correcta; pasamos una valla y vamos ganado altura por terreno empinado. Sale a nuestro encuentro un pequeño desvío a la derecha que merece la pena tomar. El pequeño sendero nos dirige en unos metros hasta el conocido como Árbol de la piedra. Es una pequeña curiosidad de la montaña, un árbol prácticamente tumbado que se funde con una roca que parece hacerle de contrapeso.
Retornamos al sendero y continuamos la marcha, sumergiéndonos en un robledal por el que vamos ganando altura pronunciadamente, realizando varios zig-zag. Salimos a un claro en terreno rocoso para llegar hasta una cruz donde se representa el Aingeru de Aralar. El camino continúa en ascenso alternando rocas y bosque, claros y vegetación hasta que llegamos a un cruce donde topamos con las señales del rojas y blancas de un GR. Las seguimos para llegar hasta la pista cementada de acceso al Santuario desde Uharte Arakil, justo en una pronunciada curva de la misma. La cruzamos y ascendemos por una pendiente que nos llevará de nuevo a encontrarnos con la pista junto a otra cruz. Solo nos resta cruzar el carretil de nuevo y ascender por la ladera en dirección al Santuario.
El dragón de Aralar
Nada más entrar en el templo, nos reciben unas cadenas, que guardan una vieja leyenda:
“Bajo el Santuario de San Miguel in Excelsis, en la montaña de Aralar, existe una sima, en la que, cuentan, vivió un dragón. Solía bajar a los pueblos cercanos causando auténticos estragos, por lo que los vecinos de las aldeas decidieron mandar a su cueva a una persona diariamente para aplacar su furia. Se realizaba a sorteo, un día le tocó a una joven acudir a la caverna a ser devorada por el herensuge. Se hallaba a la espera en la boca del antro, cuando apareció por allí don Teodosio de Goñi.
Este caballero navarro, del valle de Goñi, cumplía penitencia por haber asesinado a sus padres. Y es que, a su regreso de las cruzadas, el diablo se le presentó disfrazado, diciéndole que su mujer, Constanza de Butrón, le era infiel y que, en ese preciso momento, yacía con su amante en su alcoba. La realidad era que la dama, había invitado a sus suegros a vivir en su casa, mientras Teodosio estuviera fuera, cediéndoles su propio dormitorio, y eran ellos quienes descansaban en la cama. El caballero, ciego de ira, mató a sus padres creyendo que eran su esposa y su amante, salió al exterior y cuál fue su sorpresa al ver a Constanza correr hacia él para abrazarlo. La dama explicó lo acontecido y Teodosio acudió al párroco y al obispo de Pamplona, quien lo envió a Roma a ver al Papa. Este le impuso una condena de vivir fuera de toda población, arrastrando una gruesa cadena al cuello y cintura y acarreando una cruz de madera. Su pecado se perdonaría en el momento en que la cadena se rompiese por sí misma.
Teodosio se acercó a la joven que esperaba en la boca de la caverna. Tras contarle ésta lo que sucedía, el caballero le dijo que regresara al pueblo pues él ocuparía su lugar. Salió herensuge, y Teodosio se encomendó al Arcángel San Miguel:
-San Miguel, Ayúdame.
Dicen que entonces se oyó en el cielo:
-San Miguel, te llaman del mundo.
-Señor, yo no iré sin ti, contestó el Arcángel.
Y llevando a Dios (Crucifijo) sobre su cabeza, posó sus pies sobre el dragón, cortándole el cuello y la cadena de Teodosio.
El caballero, en agradecimiento, edificó el templo en el que aún hoy pueden verse las cadenas y un hueco que comunica con la sima”.
Herensuge es como se llama nuestro dragón mítico, al que en ocasiones se le confunde con el consorte de la diosa Mari, Sugaar, quizás porque comparte con la serpiente propiedades morfológicas. Pero el mito del dragón es mucho más antiguo y tiene más arraigo en nuestra mitología. Hay relatos que le describen como una culebra de gran tamaño y siete cabezas -a veces una sola- que surca el cielo provocando terror y dejando un rastro de fuego. La literatura oral nos cuenta que habita en profundas cuevas, de las que sale para saciar su apetito, y que su alimento preferido es el ganado que pasta libre en las montañas: vacas, burros y caballos, a los que atrae hasta su antro con el aliento y, excepcionalmente, en algunas leyendas cuentan que también rapta seres humanos a los que devora tras enloquecerlos.
Solo queda descender a Uharte Arakil, por el mismo sendero.
FICHA TÉCNICA
- ACCESO: Llegamos a Uharte Arakil, por la autovía A-10, que une Altsasu con Irurtzun.
- DISTANCIA: 13,4 kilómetros
- DESNIVEL: 762 metros
- DIFICULTAD: Media. Ruta larga y con desnivel.