Bobi es el perro más viejo de todo el planeta, al menos de los que están registrados. El pasado jueves cumplió nada menos que 31 años, cuando los canes habitualmente no suelen vivir más de 15 años y rara vez superan los 20. No sólo eso, sino que está catalogado por el Libro Guinness de los Récords como el perro más longevo que se haya registrado en toda la historia, una marca que logró el 2 de febrero cuando aún tenía 30 años al arrebatársela a un chihuahua.

El animal, que nació el 11 de mayo de 1992, reside en la pequeña localidad portuguesa de Conqueiros (Leiria, a medio camino entre Oporto y Lisboa), de poco más de 300 habitantes, donde ha vivido en un ambiente tranquilo y pacífico que seguro que lo ha ayudado a llegar a esa edad.

Bobi es un Rafeiro do Alentejo, una raza que tiene una esperanza media de vida de 13 años y que está especializada en cuidar el ganado, aunque él no ha desarrollado esa función. Fue el único de su camada que sobrevivió al escapar, ser encontrado por unos niños y acabar adoptado por su familia actual, ya que sus tres hermanos fueron sacrificados. Su dueño, Leonel Costa, le preparó una fiesta por su 31º cumpleaños a la que acudieron cerca de cien personas y en la que el animal disfrutó y posó para numerosas fotos.

Si bien Bobi ya no puede caminar con la facilidad de antes y ha perdido vista, todavía hace una vida normal y el último chequeo médico no ha arrojado ningún problema grave más allá de los derivados de su avanzada edad.