Imanol Pradales recibió hace un año la simbólica makila de lehendakari, un bastón fabricado con una rama de níspero, ligero... pero que lleva consigo el peso de la responsabilidad y de las expectativas en el Gobierno. La próxima semana se cumple el primer aniversario de dos hitos: la investidura de Pradales en el Parlamento Vasco, el 20 de junio; y la toma de posesión del cargo y la designación de las y los nuevos consejeros de PNV y PSE, dos días después. Iñigo Urkullu dejó a Pradales un legado de datos económicos positivos, pero aún quedaban algunos nudos gordianos que desatar, y el nuevo lehendakari ha tenido que gestionar las altas expectativas generadas. Se fijó como reto que el Gobierno vasco arriesgara y que los resultados se notaran en un año. Este jueves, Pradales ha comparecido en Lehendakaritza para hacer balance, con su equipo y decenas de personas que han colaborado con él en esta etapa, y ha llegado a la conclusión de que “avanzamos” y esos resultados se ven ya en Osakidetza, la vivienda o la industria.
Pradales quiere proyectar que su equipo es un “Gobierno de acción”, que está al quite, que ha apagado varios incendios como la conflictividad en la Ertzaintza y la educación pública, y que ha ofrecido respuesta a la incertidumbre arancelaria de Trump activando inversiones para la industria. Además, a pesar de la mayoría absoluta de PNV y PSE, está apostando por la colaboración con los agentes sociales, y este jueves ha llamado a mantener este clima de confianza, también en la mesa para alcanzar un pacto de salud, que comienza a tambalearse con la discusión sobre el grado de concertación o la privatización de determinados servicios. En términos generales, Pradales volvió a mantener un tono alejado de la crispación y, a pesar de los “tics” puntuales, celebró que el clima vasco sea diferente a la polarización del Estado. Ahora más que nunca y tras el plante de Isabel Díaz Ayuso a Pradales en la conferencia de presidentes, el contraste entre la inestabilidad que se respira en el Estado y el clima político vasco es evidente. Pradales evitó la autocomplacencia, aseguró que “no ha acertado en todo” y, en un gesto poco habitual, mencionó uno por uno a todos los partidos de la oposición para agradecerles su aportación. De todos modos, en el caso de EH Bildu, no se resistió a mencionar que este partido apuesta por la intervención pública y por confrontar modelos. PNV y EH Bildu están empatados a 27 escaños.
Acción y diálogo
Pradales resumió cómo ve a su Gobierno: “Somos un Gobierno de acción en un escenario de incertidumbre, que mira a los problemas de frente, arriesga y ofrece nuevas respuestas”. A modo de guiño hacia Urkullu y sus antecesores, apostó por “construir sobre lo construido”, porque “no empezamos de cero porque en Euskadi se ha hecho mucho y se ha hecho bien”. Y defendió las dinámicas para involucrar a la sociedad.
Para empezar, puso en valor al auditorio congregado en Lehendakaritza como demostración de la apuesta por la colaboración. Continuó con una referencia a la “autoexigencia” (“no hemos hecho todo bien; no hemos acertado en todo”), y destacó que ya se ha puesto en marcha el 54% del programa. “Recuerdo bien el compromiso que adquirí personalmente y que trasladé el primer día al Consejo de Gobierno: en el plazo de un año, espero ver resultados. Hoy es un buen día para afirmar que avanzamos, que estamos logrando los primeros resultados”, valoró.
Y enumeró: hay 1.029.149 personas trabajando y cotizando en la comunidad autónoma vasca, las listas de espera en Osakidetza se han reducido a 56 días de media, el tiempo medio para ser atendido en los ambulatorios es de 1,7 días, 6.173 jóvenes se han independizado gracias a Emantzipa y 8.188 reciben las ayudas al alquiler de Gaztelagun, el transporte público es gratuito para los menores de 12 años, el nivel A1 de euskera también es gratis; y se han activado dinámicas de diálogo. “Mesa de Salud, Pacto Social Vasco por la Vivienda, propuesta de desburocratización de la administración, grupo de expertos para la mejora de la calidad educativa, firma del nuevo convenio de la Ertzaintza y la educación pública, Alianza Financiera, inicio del proceso Jauzia Gara para revitalizar el euskera...”, citó.
También mencionó la negociación con el Estado para completar el Estatuto de Gernika, y las cinco competencias que se han materializado en un año. Una de ellas la pactó el anterior Gobierno, pero se ha plasmado ahora (cercanías); y las otras cuatro las ha negociado Maria Ubarretxena (meteorología, autorizaciones iniciales de trabajo para las personas extranjeras, cine y gestión del litoral). Además, se ha conseguido extender la función de vigilancia y orden público de la Ertzaintza a puertos y aeropuertos.
Frente a la confrontación del Estado
El diálogo es lo que permite a Pradales rebajar los decibelios del debate público y evitar que las discusiones se conviertan en un arma arrojadiza de desgaste contra su Gobierno. Él se refiere a esta gestión como un “modelo de gobernanza” que quiere preservar. “Agradezco la crítica constructiva; la forma y el respeto que, en general, se está manteniendo en el debate público vasco. Esta idea es importante porque no todo vale en política. El insulto, la descalificación personal, el mal tono o la polarización no debieran tener cabida en nuestra acción diaria. Debemos evitar que el bochornoso ambiente político que se respira en Madrid llegue a Euskadi porque, en ocasiones, aquí vemos ligeros tics populistas y demagógicos. Debemos evitarlos a toda costa”, alertó.
El lehendakari mencionó uno a uno a los partidos, porque “nuestra obligación es escuchar a quien opina diferente y, además, nos ayuda a mejorar”. Al PP le reconoció su preocupación por la industria, mencionó que EH Bildu ha expresado su inquietud por el sistema de salud o educación y que “ha centrado su atención en confrontar modelos y ha abogado por una mayor intervención desde el control público”; y sobre Sumar y Vox, recordó que le han preguntado por el derecho a decidir, la Ertzaintza, la vivienda o educación.
“La disposición al diálogo y el acuerdo es nuestra seña de identidad. La mesa por el pacto de salud es un buen ejemplo y está dando frutos”, dijo, para añadir que “es mucho más lo que nos une que lo que nos separa en estos momentos para alcanzar el pacto que demanda la sociedad vasca”. “Debemos mantener este clima de colaboración y confianza”, insistió. El consejero Martínez ha ofrecido una contrapropuesta a la mesa en la que se compromete a realizar un estudio sobre los servicios que se pueden externalizar y los que no. Por otro lado, no mencionó las últimas fricciones con el PSE, que se han superado en una cuestión capital como la vivienda con la proposición de medidas urgentes. Este mismo jueves, el PNV se ha dado más tiempo para pactar con sus socios el blindaje del euskera en las ofertas públicas de empleo.
Migración desde la inclusión
Pradales pronunció su discurso en un formato informal, nuevamente en mangas de camisa y sin corbata, ante unas cien personas, y tras proyectar un vídeo de balance con el hashtag “Euskadi Berria eraikitzen”. Se mostraban imágenes sobre la ciencia y la tecnología, la gestión migratoria “desde la inclusión”, el arco atlántico y la necesidad de reforzar la presencia en Bruselas, el turismo sostenible, o la selección vasca de pelota como señal de “identidad y proyección”.
En el acto, el lehendakari tuvo la ocasión de referirse otra vez al reto migratorio, y lo hizo de nuevo en el contexto del desafío demográfico y el envejecimiento. Este asunto fue el que provocó un intenso rifirrafe con sus socios del PSE por las interpretaciones sobre lo que había dicho o podría haber querido decir. La polémica ya la aclaró el propio Pradales en el Parlamento Vasco con una apuesta por abordar este reto y no esconderse, porque esa actitud es la que alimenta el discurso de Vox, al que se opuso. Este jueves, Pradales volvió a apostar por una “migración ordenada, segura y regular”, no por una migración selectiva, y defendió de nuevo “los principios de la defensa de los derechos humanos, la cohesión social y la integración”. “Porque integrar significa también no dejar a nadie atrás. Y la cohesión social no puede entenderse sin el fortalecimiento de nuestros valores, cultura, identidad propia y sentir comunitario”, sostuvo. Como marco, reivindicó el “pacto social vasco para la migración”.
El lehendakari llegó a esta reflexión tras apuntar los tres nuevos retos que están sobre la mesa: el demográfico, la competitividad, y la cohesión social. “Nuestra sociedad ha cambiado, es una sociedad mucho más diversa y una población más envejecida”, dijo. Mencionó que más de la mitad de la población tiene como mínimo 46 años, lo que supone duplicar las cifras de hace medio siglo, y que en 1975 nacieron en la comunidad autónoma 41.100 niños, y el año pasado solo lo hicieron 12.937. La población extranjera, según las cifras que ofreció, era de 26.000 personas hace 27 años, y hoy son más de 296.000. En cualquier caso, añadió que los niveles de bienestar se mantienen y que “seguimos siendo un país industrial” porque ese sector representa el 24% del PIB, cinco puntos por encima de la media europea.
Destacó tres retos, empezando por el demográfico, porque el envejecimiento de la sociedad, la soledad o la necesidad de preservar el equilibrio intergeneracional entre el gasto para los cuidados y las necesidades de los jóvenes van a exigir una reflexión. “Tenemos que cuidar a nuestra cantera para que pueda desarrollar sus proyectos de vida. Sin vivienda ni empleos de calidad, es imposible”, puso en evidencia. Sobre el segundo reto, la competitividad, apuntó que “la industria es nuestra apuesta” y que Euskadi debe ser protagonista de las decisiones que tome Europa. En tercer lugar, mencionó la “cohesión social”, porque “no somos ajenos al impacto migratorio y nos corresponde gestionarlo”