El lehendakari ha dejado caer este jueves que no le cuadran las palabras y los hechos de EH Bildu, y que su actitud no se corresponde con el balón de oxígeno que prometió Pello Otxandiano en materia sanitaria para dar una oportunidad al pacto sobre Osakidetza. Ahora, sin esperar a que el Gobierno vasco celebre la primera reunión de la mesa sanitaria el jueves de la semana que viene, la coalición abertzale ha exigido la comparecencia del consejero de Salud, Alberto Martínez, para que explique en el Parlamento las incidencias en el servicio de emergencias que se han registrado este verano, incluida la muerte de un paciente en Laudio, que atribuye indirectamente a la gestión del servicio porque la ambulancia que lo atendió llegó desde Bilbao. Imanol Pradales ha querido matizar que no fue él quien pidió una tregua a la oposición, sino que fueron "otros" quienes hablaron de cien días de cortesía y de balones de oxígeno, en referencia a Pello Otxandiano, quien anunció que iba a tener ese gesto en la rueda de prensa posterior a su reunión en Ajuria Enea el 15 de julio. "Yo no he pedido una tregua", recalcó, para añadir, en cualquier caso, que una cosa son los hechos y otra las palabras, y que él espera una "oposición constructiva y un estilo diferente de hacer política". Lo que está viendo, sin embargo, son actitudes que recuerdan a una "política del pasado", a un "puño de acero en guante de seda".

Pradales ha respondido a una pregunta sobre esta polémica en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno celebrado en el Palacio de Miramar, que sirve como arranque oficial del curso político. El Parlamento Vasco aún no ha retomado su actividad (lo hará a partir del 16 de septiembre, paradójicamente, con las comparecencias de los consejeros, incluido el de Salud), pero el debate comienza a caldearse al cuestionar abiertamente ya el PNV y el propio lehendakari las intenciones de EH Bildu. "Estamos en otros tiempos y reivindico una oposición constructiva, aportando lo que cada uno tenga que aportar", matizó el lehendakari.

¿Está pidiendo Pradales que EH Bildu renuncie a su capacidad de hacer oposición o que limite su iniciativa política? El lehendakari recordó varias veces que no ha pedido una tregua, y en otro momento de su intervención, sobre el pacto ético, negó expresamente que quiera constreñir la autonomía y la capacidad de crítica y control al Gobierno que ejerce la oposición. No dijo nada más, pero el PNV ya aseguró el miércoles a este periódico que lo que le molesta es que EH Bildu presente un perfil conciliador en público que le puede beneficiar políticamente, y que, en su día a día, lance ofensivas parlamentarias que cuestionan ese compromiso.

La oferta de Otxandiano

Otxandiano había anunciado que su formación no mezclaría Osakidetza con la negociación de los Presupuestos para el año que viene, que arrancará en otoño, y fue más allá al apostar por dejar el debate sanitario al margen de las discusiones cortoplacistas. El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, había aplaudido hace una semana el formato de la mesa de diálogo, con agentes sociales y políticos, y se aventuró a decir que es el "modelo EH Bildu" que el PNV criticó durante años al considerarlo un modelo asambleario. Otegi se decantó por esperar a ver los contenidos que arroje esa dinámica, que se extenderá unos seis meses antes de alumbrar unas conclusiones. Sin embargo, en dos ocasiones ya desde julio, EH Bildu ha registrado varias proposiciones no de ley en el Parlamento para pedir que se publifiquen las emergencias y, ahora, para que comparezca el consejero en el Parlamento. La propia coalición defendió recientemente que Pradales se había dado cuenta de que Osakidetza no se soluciona con medidas estrella y cortoplacistas, pero EH Bildu registra ahora propuestas en el Parlamento sin esperar a que el debate arroje sus resultados.

Un perfil conciliador podría ayudar a EH Bildu a ganar centralidad y ensanchar su base electoral pero, al mismo tiempo, la tentación de visualizar su empate a 27 escaños con el PNV está ahí y ya generó tensiones con el reparto de la Mesa del Parlamento y las presidencias de las comisiones. Es una dinámica que parece que ha llegado para quedarse y que está por ver cómo gestionan los jeltzales y la coalición abertzale.