Cada vez con mayor claridad, los socialistas están matizando en sus declaraciones públicas que no aceptarían un acuerdo de gobierno con la izquierda abertzale, pero sí aceptarían recibir sus votos para que su candidato Eneko Andueza se convirtiera en lehendakari. La hipótesis, que por ahora tiene escasos visos de convertirse en realidad, permite al PSE poner en valor su opción electoral en un clima de polarización absoluta entre PNV y EH Bildu, y añade otra variable y cierta incertidumbre sobre los pactos postelectorales que se empezarán a forjar en la noche del 21 de abril. Resulta significativo que, además, Andueza se ha referido este viernes por propia iniciativa a la posibilidad de recibir los votos de EH Bildu en respuesta a una pregunta que no mencionaba a la izquierda abertzale, sino al PP. 

Euskadi Irratia le preguntó si aceptaría los votos de los populares: “Y de otros partidos también, por qué no. No cerramos las puertas a nadie. Una cosa es aceptar los votos para llegar a un gobierno, porque ahí cada partido va a votar con libertad, y otra es firmar acuerdos de gobierno. Hay que diferenciar ambas cosas. Si EH Bildu o el PP deciden votar a favor, bienvenidos serán esos votos, si la consecuencia es que un socialista sea lehendakari”. Después matizó que no ve al PP apoyando su candidatura: “No lo preveo, y diría que es imposible”.

¿EH Bildu estaría dispuesta?

De las palabras de Andueza se desprende que aceptaría los votos a cambio de nada, sin contrapartidas ni acuerdos de gobierno. Hace unos dos meses, la vicelehendakari segunda, la socialista Idoia Mendia, descartaba que EH Bildu cediera los votos al PSE, con el argumento de que los soberanistas no contemplan semejante hipótesis. Es decir, hace unas semanas, ni siquiera se entraba a valorar públicamente este escenario. Ahora así. Cabría matizar que, en realidad, el candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, ha defendido que gobierne la lista más votada, una posición que ninguna encuesta vaticina para los socialistas. Por lo tanto, en principio no cabría pensar en una cesión de votos al PSE. Si ganara el PNV, Otxandiano matizó que la situación en el Estado, donde sí desbancaron al PP como lista más votada, es diferente a la vasca, porque el PNV no es un partido reaccionario al que haya que aislar con un cordón sanitario. Pero no es menos cierto que, en la práctica, EH Bildu ha contravenido este principio. En las elecciones municipales y forales, la coalición desalojó al PNV en municipios donde sí fue el más votado, de ahí que los jeltzales no den ninguna credibilidad a esta propuesta.

Si el PNV ganara las elecciones y EH Bildu quisiera desalojarlo, ¿aceptaría darle la Lehendakaritza a la tercera fuerza y no intentar que el cargo se lo lleve Otxandiano? Hay dos precedentes a gran escala, en dos capitales, donde EH Bildu ha tomado una decisión y la contraria: en Iruñea, para desalojar a UPN, la coalición abertzale se negó a dar la alcaldía a una tercera vía que no fuera la de su candidato Asiron, porque supondría normalizar el veto a sus siglas; pero, unos años antes, en 2015, en Gasteiz, para desbancar al popular Javier Maroto, sí aceptó darle la makila a la tercera fuerza, el PNV.