Los socialistas vascos llevan semanas reduciendo a un fenómeno puramente local la moción de censura que ha dado la alcaldía de Iruñea a EH Bildu, a Joseba Asiron. Eneko Andueza, que mantiene un acuerdo con el PNV en las principales instituciones vascas, ya había matizado que este apoyo a EH Bildu no es extrapolable al Gobierno vasco tras las elecciones autonómicas previstas para este año: no convertirá a Pello Otxandiano en lehendakari y tampoco firmará un acuerdo de gobierno con él. Pero este miércoles el PSE ha descartado la otra posibilidad que sobrevolaba en el ambiente, y que hasta ahora Andueza no había abordado muy en profundidad con el argumento de que solo le interesa centrarse en la victoria socialista, la posibilidad de que se convierta en lehendakari a pesar de ser la tercera fuerza si EH Bildu le cede los votos con tal de desalojar al PNV de Ajuria Enea. Ha sido la vicelehendakari segunda, Idoia Mendia, quien lo ha descartado en Onda Cero: “No veo yo ese escenario en Euskadi, así lo ha dejado caer Arnaldo Otegi. No se va a dar ese caso. Tenemos que fortalecer la opción del PSE”.

De las palabras de Mendia se desprende que es EH Bildu quien haría imposible esa opción. Después dejó caer de manera algo más implícita que al PSE tampoco le conviene porque apuesta por el carril central de la política, por la moderación, y por evitar escenarios como el de Catalunya, donde cree que el Govern no da soluciones a los problemas reales.

EH Bildu ya descartó la tercera vía en Iruñea

EH Bildu ya descartó en Iruñea apoyar una “tercera o cuarta vía” frente a UPN que convirtiera en alcalde a un candidato que no fuera el suyo, Joseba Asiron. No dio ni un minuto de cancha a la posibilidad que rondaba por los cuarteles generales del PSN y Geroa Bai porque supondría asumir el escenario de veto o cordón sanitario hacia las siglas de la izquierda abertzale. “Las terceras o cuartas vías que aceptan el veto a EH Bildu solamente están sirviendo para aliviar la responsabilidad del PSN”, despachó entonces. Aunque el PSE se está aferrando a su victoria en las elecciones generales, parece asumido que fue fruto del voto útil para evitar un Gobierno del PP y Vox porque, tan solo unas semanas antes, había quedado en tercera plaza en las municipales y forales vascas, un escenario que también se augura para las autonómicas.

Si se toman como referencia las palabras del propio Otegi, que ha matizado en varias ocasiones que el ascenso de Bildu debe producirse sin ansiedad, no parece muy verosímil una operación de estas características o, si se produjera, entraría en contradicción con ese mensaje. Además, el PNV le critica que cada vez se identifique más con la izquierda y lo acusa de abandonar la defensa del autogobierno, como ocurrió con su apoyo a la Ley de Vivienda estatal. Aunque por ahora no le ha pasado factura electoral ese mensaje, es evidente que EH Bildu ha querido gestionar con cautela su discurso estos años, presentándose como “factor central” que puede pactar con la izquierda y con los abertzales. Con ambos. Por ello, sí podría tener un coste en futuras convocatorias electorales convertir en lehendakari a un candidato de un partido de matriz española, lo que sería un salto cualitativo.