Iñigo Urkullu ha confirmado en público lo que ya trasladaban en privado sus inmediatos colaboradores. El lehendakari no convocará un adelanto de las elecciones autonómicas a imagen y semejanza del adelanto de las generales decretado por el presidente Sánchez tras la debacle socialista en el Estado. Pero aprovechó la ocasión para marcar distancias con la calculadora de Pedro Sánchez y sus golpes de efecto. En una comparecencia para presentar el Plan del Sistema Universitario 2023-2026, el lehendakari apostó en primer lugar por dar entidad propia a cada convocatoria electoral y respetar su espíritu, sin convertir las municipales y forales del domingo pasado en una primera vuelta de las generales de diciembre y, por otro lado, apostó por centrarse en cumplir el programa de gobierno y el calendario legislativo como compromisos de su Ejecutivo, y dejó caer que este ciclo electoral tiene una incidencia negativa en la actividad parlamentaria. No concretó, pero en agenda está la tramitación de la Ley vasca de Educación, que Urkullu considera clave que se apruebe esta legislatura. 

Teniendo en cuenta los precedentes de Sánchez y la repetición electoral de 2019, Urkullu confió en ese sentido en que las generales del 23 de julio sean “las últimas”. Lamentó también que el calendario de transferencias, que ya se incumplía por parte del Gobierno español, quede ahora “sin efecto”, como también la convocatoria pendiente de la Comisión Bilateral de Cooperación para abordar todas las materias pendientes del Estatuto, y los avances en el grupo de trabajo sobre el traspaso de migración y autorizaciones iniciales de trabajo para las personas migrantes. La consejera Garamendi había pedido una reunión de la Comisión de Cooperación antes de julio y había enviado una oferta de traspaso para homologar los títulos universitarios y paliar la escasez de médicos. La consejera Sagardui se lo planteó al ministro Miñones en Madrid y ahora queda en el cajón.

Urkullu se pronunció a preguntas de los periodistas. Sobre un adelanto de las autonómicas, previstas en principio para junio del año que viene, dijo que “en absoluto” contempla ese escenario. “Siempre he querido diferenciar los procesos electorales sabiendo cuál es el objetivo de cada uno. Tenemos un programa de gobierno, un programa legislativo, de planes estratégicos, y un compromiso con un calendario, y esperamos poder cumplirlo con absoluta normalidad si las circunstancias nos lo permiten. Desde las municipales y forales, nos adentrábamos en un año de elecciones generales, y eso incide en la vida parlamentaria y el calendario. Espero que sean las últimas generales antes de las autonómicas vascas”, dijo.

"43 años sin cumplirse el Estatuto"

Interpretó que esta convocatoria es la demostración de que Sánchez se tomaba los comicios municipales y autonómicos como “una primera prueba de una campaña para las generales”. Sobre el calendario de traspasos, recordó que lo aprobó el Consejo de Ministros, que el Estatuto lleva 43 años sin cumplirse, desde 1979, y que las elecciones dejan “sin efecto” cualquier actividad. En cualquier caso, recordó que Sánchez ya venía incumpliendo este calendario, que no recoge avances desde hace dos años: “Que se disuelvan las Cortes no viene más que a ratificar este incumplimiento”.