A la espera de que el Estado mueva ficha y los territorios del arco atlántico puedan convertirse en macrorregión, lo que ha nacido ya con claridad es una nueva alianza de hierro entre Euskadi, Galicia, Asturias y Cantabria, por encima de las diferencias políticas que puedan tener cuatro comunidades dirigidas por partidos distintos (PNV, PP, PSOE y PRC). El lehendakari y Alfonso Rueda (Galicia), Adrián Barbón (Asturias) y Miguel Ángel Revilla (Cantabria) han decidido constituirse de manera estable en un foro de presidentes de la cornisa cantábrica para celebrar reuniones con carácter anual y ejercer presión política, con el objetivo de que no queden en el olvido los compromisos ferroviarios y con la pretensión de establecer sinergias entre ellos en el ámbito económico, industrial o de navegación, entre otras cuestiones. Este foro, que puede levantar suspicacias en determinados territorios si se entiende como una forma de disputarse el pastel de las inversiones estatales, fue defendido a capa y espada por los cuatro mandatarios, quienes negaron que se trate de hacer la competencia al corredor mediterráneo o, incluso, que se trate de sustituir al foro de presidentes autonómicos de Pedro Sánchez.

La reunión celebrada este lunes en Ajuria Enea ha dejado patente la sintonía entre los cuatro, en una especie de milagro político en tiempos de crispación y en puertas de las elecciones municipales y en varias autonomías previstas para el 28 de mayo. El presidente de Cantabria, unido al lehendakari por una frecuente interlocución que se perfeccionó durante la pandemia del coronavirus, ha atribuido esta atípica unidad a que Urkullu "es una de las personas capaces de aglutinar a cuatro comunidades de distinto signo". Además, la necesidad aprieta y obliga a cerrar filas. "El lehendakari cuenta con nuestro apoyo ante este traslado del foco de Europa hacia el este, que es peligroso para los intereses de los que formamos parte del arco atlántico. Hay una desviación de las atenciones hacia los países que van a incorporarse a la Unión Europea, y también nos encontramos con el tapón de una Francia que no tiene entre sus prioridades la conexión por el sur, un concepto autárquico de no querer abrirse hacia el sur. Esto es algo denunciable. Mi apoyo total al planteamiento que ha hecho el lehendakari de que hay que forzar al Gobierno de Francia, y eso lo tienen que hacer el de España y la Unión Europea", zanjó. Revilla aprovechó para poner sobre la mesa algunas reivindicaciones clásicas y más específicas, como la conexión Santander-Bilbao por tren.

Revilla avanzó, asimismo, que se ha alcanzado un acuerdo para que Euskadi se incorpore al clúster Asturias-Galicia-Cantabria sobre energías off shore marinas. Relató igualmente el intercambio de documentos sobre el reto demográfico e invitó al lehendakari y a los presidentes reunidos a la celebración del Año Santo Lebaniego que arranca el 16 de abril.

Por parte de Galicia, Alfonso Rueda resaltó que, por encima de cualquier "interés partidista", se han unido cuatro comunidades en defensa de los intereses de su ciudadanía. Mostró su "total apoyo" a la conexión de alta velocidad en frontera a través de Euskadi, un trazado que después podrá conectar con los territorios del Atlántico. Preguntado por si este lobby se puede interpretar por parte de otras comunidades como un movimiento que va a perjudicar al eje mediterráneo, aclaró: "Mientras los demás se unen, los demás no podíamos dejar de hacerlo".

"Sumar, no restar"

En este sentido, el lehendakari Urkullu negó de manera rotunda que las intenciones sean entrar en una voraz competencia con las comunidades mediterráneas: "No, en absoluto. Tenemos que ser responsables en nuestro ejercicio político. Tanto lo que pueda ser la apuesta por el Corredor Mediterráneo como el Atlántico no restan. Suman. Ningún afán de competencia ni diferencialidad, más allá de respetar nuestras peculiaridades y de que Europa no vea desplazado el eje hacia el este, sino que mire también al oeste". Pero, ¿este foro pretende sustituir a la conferencia de presidentes autonómicos de Sánchez, que no es ningún secreto que no gusta a Urkullu y donde también otros presidentes, del PP o incluso socialistas en privado, no ven una cogobernanza real? "Este foro no pretende sustituir otro ámbito de relaciones", zanjó el lehendakari, quien no quiso añadir ninguna valoración negativa más sobre ese foro de Sánchez, cuestionado duramente en la pandemia del coronavirus por la frecuencia con la que Moncloa acudía con decisiones tomadas de antemano.

Pero las declaraciones que pueden resultar más esclarecedoras llegan por boca de Adrián Barbón, en la medida en que es socialista, compañero de filas de Sánchez. En este sentido, el propio Barbón destacó como "lo más importante" de la declaración de Urkullu la creación de un foro permanente y, al mismo tiempo, defendió el funcionamiento de la conferencia de Sánchez con todos los presidentes autonómicos, que se ha reunido más que nunca esta legislatura y que "ha servido" durante la pandemia o para activar los fondos europeos. "Todo es mejorable, por eso se aprobó el nuevo mecanismo de funcionamiento. Esto en modo alguno pretende sustituir la conferencia de presidentes", descartó.

"Aunque sorprenda lo que estamos haciendo hoy aquí, es hacer normal lo que hace la calle, los movimientos asociativos. Lo más importante como declaración política del día de hoy es que el lehendakari nos ha invitado a un foro permanente de presidentes de la cornisa. Tenemos problemáticas comunes. Una realidad nueva, el cambio climático. Es importante que se cree este foro de presidentes. Por encima de las siglas, es importante que se convierta en un foro para la presión política. Uno por sí solo no puede lograr lo que estoy seguro de que vamos a lograr los cuatro juntos", alentó. La puerta queda abierta para que se incorporen otros territorios de la zona, como Nafarroa y Andalucía.

Salto cualitativo: hacia la macrorregión

Los cuatro mandatarios plantean, además, dar un salto cualitativo y que la Comisión del Arco Atlántico, que está en marcha desde 1989, se convierta en una macrorregión. Le daría un estatus diferente y el ámbito de trabajo sería más amplio y no circunscrito al ámbito marítimo. Este paso ayudaría también, según expuso el lehendakari, a que la macrorregión participe en conferencias internacionales en las que participan los estados miembros, lo que permitiría "visibilizar de otra manera" sus reivindicaciones. El socialista Barbón coincidió en que "hay que aprovechar el semestre europeo" de Pedro Sánchez, quien asumirá la presidencia del Consejo de la Unión Europea desde el 1 de julio. "De lo contrario, este compromiso no saldrá adelante", alertó.