Hoy, 13 de marzo de 2023, pasará a las hemerotecas como el día del nacimiento del lobby atlántico, el día en que las comunidades autónomas de la zona, lideradas por Iñigo Urkullu, hicieron piña para no perder influencia en la Unión Europea y para revertir una situación que ya adquiere tintes preocupantes ante los informes franceses que retrasan la conexión ferroviaria de alta velocidad a 2042. Tras una reunión en Ajuria Enea convocada por Iñigo Urkullu y celebrada este lunes, el lehendakari y los máximos representantes de Galicia, Asturias y Cantabria han sumado fuerzas para reclamar al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que aproveche su mandato de turno en el Consejo Europeo a partir del 1 de julio para impulsar la macrorregión atlántica, lo que permitiría dar un salto cualitativo a las comunidades ya agrupadas en la Comisión Arco Atlántico, contar con un foro de trabajo más institucionalizado y participar "en pie de igualdad" con la Unión Europea y los estados, no solo para exigir que se cumpla con los compromisos, sino también para afrontar los retos conjuntos. Y han reclamado que la presidencia de la Comisión Arco Atlántico (que ahora mismo lidera Urkullu) participe en el comité de cooperación fronteriza que prevén Pedro Sánchez y Emmanuele Macron en la declaración de la cumbre franco-española celebrada en enero en Barcelona.
En una comparecencia conjunta del lehendakari, el jeltzale Iñigo Urkullu, y los presidentes de Galicia (el popular Alfonso Rueda), Asturias (el socialista Adrián Barbón) y Cantabria (Miguel Ángel Revilla, del PRC), Urkullu ha argumentado la necesidad de una macrorregión, por un lado, en el riesgo de quedar relegados en un momento en que el eje de influencia europeo se desplaza al este, pero también, por otro lado, ha mencionado retos comunes de estas comunidades como el cambio climático, la prevención de fenómenos meteorológicos extremos, mantener el océano limpio o impulsar la innovación. Todo ello ha propiciado que presidentes de tan distintas sensibilidades políticas hayan cerrado filas. Esta fotografía llega tan solo tres días después de que la propia Unión Europea presionara a Francia para que cumpla los plazos de las conexiones ferroviarias, 2030 y no 2042.
"Queremos dotarnos de un foro de trabajo y encuentro que articule, cohesione y dé visibilidad a la región atlántica y en el que participen los distintos niveles de gobierno en pie de igualdad: Unión Europea, estados miembro, comunidades y regiones. Hablamos de la creación de una macrorregión atlántica. Nuestro objetivo es que, durante la presidencia española del Consejo de la Unión, el segundo semestre del año, el Consejo Europeo mandate a la Comisión Europea desarrollar una estrategia macrorregional para el Atlántico. Hemos convenido la necesidad de trabajar como un lobby atlántico que movilice a las instituciones y a actores socioeconómicos. Vamos a solicitar que la presidencia de la Comisión Arco Atlántico participe en el Comité de Cooperación Transfronteriza previsto en la declaración de la cumbre franco-española de enero. Pretendemos institucionalizar este foro anual haciéndolo extensivo a los presidentes de todas las comunidades autónomas atlánticas", ha explicado.
Incumplimiento de Francia
La reunión fue convocada con la intención de impulsar el eje atlántico e identificar desafíos comunes, que Urkullu espera que compartan Andalucía y Nafarroa. No ha habido declaración conjunta como tal, pero Urkullu ha leído una serie de compromisos. Tras alertar del riesgo de quedar "fuera de foco en las relaciones y la toma de decisiones estratégicas", Urkullu ha aclarado que la agenda común incluye la red ferroviaria Euskadi-Cantabria, pero va mucho más allá. "El corredor atlántico ferroviario acumula una larga lista de retrasos por parte de los gobiernos español y francés, y se vislumbran retrasos aún mayores", ha dicho, para recordar que Europa fijó como fecha 2030, mientras que el Gobierno francés prevé que la conexión Burdeos-Dax no llegue antes de 2042 y ni siquiera ha concretado cuándo conectará con Irun. "Esto supondría un gravísimo incumplimiento", ha avisado, para añadir después: "Exigimos a la Comisión Europea y al Gobierno español que hagan todos los esfuerzos para que la fecha de 2030 sea una realidad, también en Francia".
Sobre el hidrógeno, ha lamentado que no se contemple para 2030 la interconexión atlántica del corredor HiWest mientras sí se recoge la mediterránea, ha solicitado que se cubran las lagunas en el Atlántico sobre la red de estaciones de recarga de vehículos eléctricos, y ha puesto en valor retos conjuntos de los presidentes reunidos en Ajuria Enea como la protección de los puertos ante las inclemencias del tiempo (ha propuesto que las soluciones del Puerto de Bilbao puedan valer para Gijón, Vigo y Santander, y viceversa), ha destacado que contemplan desarrollar un sistema de anticipación y respuesta a eventos climáticos extremos o rediseñar el urbanismo en municipios costeros expuestos. "Compartir esta agenda común nos anima a plantear un salto cualitativo", ha dicho.
El foro anual de presidentes
El lehendakari ha apuntado otros retos como el demográfico o la necesidad de institucionalizar el foro de presidentes, que se va a traducir en que estos cuatro mandatarios de la cornisa cantábrica se reúnan de manera anual, pero han aclarado que no se trata de "hacer la competencia" al corredor mediterráneo o sustituir al foro de presidentes de todas las comunidades autónomas que impulsa Sánchez. Este foro, que será un lobby, se pretende trasladar de alguna manera también al ámbito socioeconómico, del hidrógeno o de defensa de otros proyectos. Urkullu ha avanzado que una medida que se está barajando es la comunicación de las cámaras de comercio, de industria y navegación. El lehendakari ha querido aclarar que el corredor atlántico y el mediterráneo "no restan, suman".