Queda menos de un año de legislatura estatal, con periodos electorales de por medio. Parece que será más complicado llegar a acuerdos con el Gobierno español. ¿En qué va a centrar el tiro el PNV?

Sí, creo que va a ser un año más que nada electoral. Vamos a ver si podemos sacar una reforma que fue iniciativa nuestra, la reforma de la Ley Mordaza. Hemos conseguido que la mayoría de las propuestas que hicimos hayan sido aceptadas o transaccionadas. Creo que hay cambios importantes en el objetivo principal, que era equilibrar el principio de autoridad con las libertades individuales y, sobre todo, la proporcionalidad. Creo que eso lo hemos conseguido. Quedan asuntos en los que algunos partidos políticos no están dispuestos a transigir o llegar a una transacción en sus posiciones. Será responsabilidad suya. Aquí ya creo que tenemos que retratarnos todos, y tendrán que decidir los partidos si lo que quieren es seguir con la ley de Rajoy, o si podemos mejorarla, aunque no sea al gusto completo de absolutamente todas las partes. Nosotros tenemos claro que sí merece la pena esta reforma. Y luego vamos a tener que estar atentos a leyes que pueden vulnerar nuestro espacio competencial. Intentaremos resistirnos a que eso suceda.

¿Deberían ERC y EH Bildu renunciar a las cuestiones que bloquean la reforma de la ‘Ley Mordaza’: las devoluciones en caliente, la desobediencia y el uso de pelotas de goma?

Nosotros hemos planteado para esos asuntos unas soluciones que podrían ser un punto de encuentro. No sé si están dispuestos a aceptar esas alternativas. En todo el tema de la relación con los agentes de la autoridad, creo que hubo un error en su momento: sacar las faltas del Código Penal y convertirlas en sanciones administrativas. Ha propiciado que su número aumente exponencialmente. Creemos que la solución podría ser devolverlo al Código Penal, porque los jueces, normalmente, son más renuentes a admitir una pena si no es clara en ese tipo de conflictos. Habrá que ver si eso les basta a unos y otros. En el ámbito de las pelotas de goma, también podríamos estudiar que vayan ya probándose otras alternativas e ir eliminando. Si ellos creen que es el todo o la nada, está en sus manos decidirlo. No sé qué va a pasar, pero tiene que resolverse ya.

¿Tiene la sensación de que Pedro Sánchez va a dar por zanjado el capítulo de las reformas que tienen que ver con las libertades cuando se apruebe esta, y que no va a abordar la Ley de Información Clasificada sobre los secretos oficiales ni la reforma del CNI?

No, claro que no va a abordar la ley de secretos oficiales, y menos en un año electoral. Tal y como está la ley, nosotros pondríamos una enmienda a la totalidad. Su anteproyecto no mejora el número de agentes que pueden restringir los temas, y los plazos que plantea no hay por dónde cogerlos. Tampoco creo que vayan a tener éxito nuestras propuestas sobre el CNI y otras. Se ha planteado una reforma constitucional, y nosotros registramos enmiendas sobre la inviolabilidad de la jefatura de Estado, un aspecto que la opinión pública no va a entender que no se reforme.

¿A qué se refiere?

Si no se puede llevar al jefe de Estado ante los tribunales por actos privados que no tienen que ver con su ejercicio como jefe de Estado, esto es un escándalo. Es un comentario continuo en las tertulias y entre la gente. Es el momento de aclararlo en la Constitución, porque la reforma necesita la aprobación de las Cámaras, que se produzca una convocatoria electoral, y que las nuevas Cámaras lo ratifiquen. Esto se puede planificar para que, cuando vayan a acabar el año y la legislatura, se pueda tener esa reforma hecha y se convoquen elecciones con normalidad, no forzadas por esto. Más fácil que ahora no lo van a tener los socialistas en cuanto a la opinión pública y el momento.

La experiencia ha demostrado que el Gobierno español solo cede cuando hay votaciones y necesita los apoyos del PNV, y es muy probable que no haya ya otros Presupuestos en lo que queda de legislatura…

(Interrumpe) No, no los va a haber.

En ese contexto, ¿cómo puede encauzar el PNV sus demandas? ¿Va a tener ocasión de presionar en alguna votación?

Hay que jugar las bazas y mantener el diálogo, porque hay cosas que salen sin necesidad de que se fuerce con votaciones. Pero, con este año electoral, va a ser difícil para todos.

La semana que viene habrá una reunión de la ponencia de la Ley de Vivienda. Parece que la negociación del Gobierno español va más por ERC y EH Bildu. ¿La hay con el PNV?

Con nosotros, muy poco. Ya nos manifestamos en su momento diciendo que tenemos una Ley de Vivienda propia en Euskadi, que no la votamos nosotros pero la tenemos y, como es la vasca, la asumimos, cumplimos y desarrollamos. A lo que no estamos dispuestos es a que el Gobierno español entre en nuestras competencias en un ámbito que no le corresponde. En cualquier caso, vamos a ver al final en qué consiste el texto. Puede que haya aspectos que competencialmente sean tangenciales a vivienda y correspondan al Gobierno central. Si es así, podríamos estudiar nuestra posición. Espero que la semana que viene podamos tener algún dato más.

¿Sabe si habrá algún tipo de salvaguarda competencial que permita no aplicar la norma sobre los alquileres en todas las comunidades?

No sé en qué términos está el Gobierno valorando la modificación de la ley. Le hemos pedido tener estos datos, pero creo que ellos también están dudando. No le puedo aclarar a usted hacia dónde va a ir la norma.

¿No lo puede aclarar porque el Gobierno duda, o porque están excluyendo al PNV de la negociación?

El Gobierno sabía que con nosotros lo iba a tener muy complicado, porque mostramos nuestro rechazo directo a la norma por la invasión competencial clara que se puede producir. El PSOE vio que nuestra posición era bastante firme y ha negociado con quienes ha visto que era más sencillo. Información vamos a tener.

Por las conversaciones que ha podido tener usted con los ministros, ¿cree que en lo que queda de legislatura hay voluntad para encarrilar dos cuestiones políticas del acuerdo de investidura, como son las transferencias y la presencia de Euskadi en Europa, ahora que Sánchez asumirá la presidencia de turno europea en el segundo semestre?

La respuesta es no. El Gobierno español ha presentado su informe de cumplimiento pero no sé qué vara de medir tiene, porque dice que tiene 14 acuerdos con nosotros, cuando en el acuerdo de investidura hay 12 puntos y, más allá de eso, tenemos muchísimos más en términos presupuestarios. Dicen que han cumplido el 50%. Nosotros también hemos hecho un balance: de la parte presupuestaria, el 70% está cumplido porque, sobre todo el último año, le hemos dado un empujón de campeonato y se ha avanzado pero, si vamos al acuerdo de investidura puro y duro, la mitad está incumplido. Sucede con la representación en Europa y la participación en el Ecofin o las reuniones de la OSCE donde se plantean las líneas europeas fiscales a futuro. También lo podría haber tenido muy fácil el Gobierno ahora en su cumbre con Francia, porque el lehendakari preside la comunidad de los Pirineos. Tampoco se ha hecho nada para el reconocimiento de los sentimientos nacionales, por eso lo planteamos en la reforma de la Constitución. No sé qué pasará en la próxima legislatura pero, si piensa que estos temas van a quedar olvidados… Tienen que quedar mucho más amarrados. Sí hemos avanzado en la presencia de Euskadi en lo deportivo, y el traspaso de Tráfico a Navarra lo anuncian como pacto con Bildu...

Tras el empujón en la última negociación presupuestaria, ¿da por recompuesta la confianza en Sánchez? En una próxima investidura si gana las elecciones generales, ¿está el terreno más abonado para que puedan repetir la colaboración?

No sé qué va a pasar con los resultados de las elecciones. Pero, desde luego, si no cuida sus relaciones con nosotros y con algunos otros partidos este año, me parece que, en la próxima legislatura, le va a parecer que la actual ha sido un camino de rosas. Con Catalunya lo tiene complicado, porque con ERC han llegado a un acuerdo sobre la reforma del Código Penal, y resulta que ahora la Fiscalía y la Abogacía van más allá que el juez Llarena. No se han dado pasos sobre el reconocimiento nacional. Se habla del fin del procés como si estuviera liquidado, y tampoco le están facilitando los Presupuestos al president Aragonès. El conflicto en Catalunya, en términos de la pelea parlamentaria en Madrid, puede ir en aumento. Nosotros seguiremos intentando colaborar y que las cosas fluyan, pero no vamos a permanecer impávidos ante intentos de invasiones competenciales. Otro de los asuntos que no se está cumpliendo en la mayoría de casos es avisar con antelación de los proyectos. Si esto va a seguir así, no sé cómo va a ser la próxima legislatura. No sé si habrá un acuerdo o colaboraciones puntuales, o cómo será el asunto.

¿Qué quiere decir?

No vamos a participar en nada con Vox, y los planteamientos de Núñez Feijóo han ido a peor porque no votaría en contra de una moción de censura de Abascal, pero que el PSOE piense que así nos tiene enganchados es harina de otro costal. Las colaboraciones pueden ser de unas maneras o de otras. Por eso digo que es importante que en este año electoral, aunque es complicado porque todos vamos a intentar luchar por marcar nuestro perfil, tenga en cuenta un poquito a los compañeros de viaje que le han ayudado a llevar adelante esta legislatura. Si no, viendo cómo no se han tomado en consideración algunos asuntos, quizás el planteamiento para alianzas y colaboraciones en una próxima legislatura tenga que ser diferente y centrarse en temas muy concretos y de manera más concreta.

El Gobierno español quiere hablar con el PP la semana que viene para reactivar la reforma constitucional y eliminar el término “disminuidos”. Pero el PP argumenta que partidos como el PNV plantean reformas territoriales. ¿Se está utilizando al PNV como cabeza de turco?

Cuando se planteó esa reforma, a mí me sorprendió que lo hicieran en un Parlamento tan complejo. Cuando la reactivaron, pregunté si estaban seguros y avisé de que íbamos a presentar otras cosas. Aquí no había nada cerrado de que solo íbamos a tratar el artículo 49. No nos vamos a oponer a que se reforme el 49 y puede ser que nos tumben todo lo demás. Ahora, si no se atreven ni a discutir ciertos temas, será un problema de ellos e igual lo utilizan como excusa para retrasar la reforma del 49.

¿Qué credibilidad le va a dar el PNV al giro moderado que trata de escenificar Feijóo con el fichaje de Sémper si no rompe con Vox en Castilla y León por la polémica del aborto?

Feijóo no se planta ante las actitudes de sus correligionarios. No quiere enfrentarse a lo que Ayuso representa. Las imágenes servirán para dar un brillo que deslumbre, pero eso dura un flash. Importan los mensajes, y no son muy positivos.