Pedro Sánchez ha conseguido romper el hielo con el PNV en la negociación presupuestaria, pero aún le queda mucha seducción por delante. Las Cuentas del Gobierno español han superado este jueves el trámite de las enmiendas a la totalidad en el Congreso de los Diputados gracias, entre otros, a los votos del grupo jeltzale. La diputada Idoia Sagastizabal justificó este respaldo en el primer trámite en que “se ha recuperado parte de la confianza perdida”, porque Sánchez ha cumplido algunos acuerdos pendientes, como la renovación de la Ley del Cupo, y ha satisfecho uno de los puntos del pacto de la investidura con la oficialidad de las selecciones vascas de pelota y surf. Pero ahora toca entrar en la negociación presupuestaria propiamente dicha. Toca entrar en harina, en cifras e inversiones. Y el PNV ha señalado el camino: una gestión compartida de los fondos europeos donde Euskadi no sea una mera convidada de piedra, y un mayor esfuerzo en las inversiones y en los ritmos de ejecución de algunas infraestructuras ferroviarias.

El PNV bajará más al detalle este viernes con la presentación de sus enmiendas parciales. Idoia Sagastizabal insistió en que todavía “queda un trecho” para que el Gobierno español tenga garantizado su apoyo. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, le trasladó su “disponibilidad para profundizar” en la agenda vasca que le ha puesto el PNV sobre la mesa aunque, como todos los años, se presume que el tira y afloja será intenso porque la socialista sigue defendiendo que hay inversiones de sobra.

La ministra sí quiso avanzar que espera la convocatoria de la Comisión Mixta del Concierto Económico la próxima semana para pactar la nueva Ley Quinquenal del Cupo, y que se van a concertar los nuevos impuestos también en esa cita. Sobre los fondos europeos, dijo estar al tanto de las reuniones entre el lehendakari y la vicepresidenta Calviño, aunque no garantizó que vaya a atender todo lo que pide Urkullu.

Incidencias en Bilbao-Karrantza, pasos a nivel...

Sagastizabal comenzó su intervención presentando al PNV como un partido leal, “que comparte la necesidad de dotar de estabilidad a las instituciones”. Admitió que se ha recuperado parte de la confianza, pero sigue habiendo “luces y sombras”. En el capítulo de las luces, reconoció que se ha dado un “empujón” a algunas ejecuciones por la presión del PNV pero, en cuanto a las sombras, criticó “la agenda centralista, en especial en materia fiscal”; “las dificultades para la adecuación de los nuevos impuestos”, la “ausencia de una cogobernanza real en los fondos europeos” y el retraso en las transferencias.  

Pidió “avanzar en el rediseño de los fondos y los proyectos estratégicos PERTE para adaptarlos a las necesidades de los territorios y de los sectores”, y “avanzar en el diseño de la Adenda de los fondos junto con el resto de las administraciones para fijar los criterios, condiciones y acceso a dichos créditos”. Es un asunto clave porque, en este caso, se va a acceder a préstamos que hay que devolver, y Euskadi quiere asegurarse de que va a pagar unos intereses por unos proyectos que verdaderamente merecen la pena.

Añadió que el Presupuesto “no tiene un adecuado reflejo para Euskadi en cuanto a la inversión pública”. “Aparentemente, hay un aumento, pero es un reflejo de la continuidad de los proyectos negociados por el PNV en 2022; no deberían ser asumidos como nuevas inversiones. También siguen pendientes algunos acuerdos de 2022, hay partidas con una dotación inferior o que adolecen de la misma; un retraso en la ejecución presupuestaria, en la accesibilidad de las estaciones, la supresión de pasos a nivel, insuficiencia de frecuencias en Cercanías, las incidencias en la línea Bilbao-Karrantza...”, enumeró. 

Solo un punto de partida

Dijo que su voto contra las enmiendas a la totalidad “es el punto de partida de una negociación para abordar la agenda vasca con mayor profundidad, con la vista puesta en las inversiones transformadoras que deben materializarse a través de los fondos europeos”, y avanzar en la reconversión. El PNV será “constructivo”.