- El congreso en el que el PP de Madrid encumbró ayer a Isabel Díaz Ayuso como presidenta evidenció el fin del casadismo, que quedará apartado del poder después de que los afines a Pablo Casado jugasen un rol clave en el intento de frenar las aspiraciones orgánicas de la dirigente madrileña.

En el congreso nacional del PP que eligió a Alberto Núñez Feijóo como líder las menciones a Casado fueron la excepción y el cónclave madrileño, que culminará hoy, ha seguido el mismo guión. El que fuese presidente de los populares ni fue invitado -aunque podría haber acudido como afiliado- ni apareció en el vídeo de apertura del encuentro, pese a recoger momentos en los que estaba al frente del PP.

En el paso al frente de Ayuso para hacerse con las riendas del partido en Madrid, en manos de Pío García Escudero desde la dimisión en 2018 de Cristina Cifuentes, está el germen del desencuentro entre Casado y la lideresa madrileña, que desembocó en que éste fuese apartado del liderazgo. Convocar el congreso madrileño fue una de las primeras decisiones de Feijóo. Ayer, Ayuso agradeció al dirigente gallego su confianza “sin tutelas”, al tiempo que le trasladó que el PP madrileño es su “casa”.

Se esperaba que el cónclave y la nueva dirección de Ayuso supusiera un borrón y cuenta nueva respecto a la anterior etapa y así lo señaló la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, que la respaldó y destacó que el congreso demuestra cómo han “sabido superar las dificultades” y lo han hecho “fuertes, unidos y con la ambición de ganar”.

El propio alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, buscó exhibir sintonía con la presidenta madrileña, su partner, según dijo. Ayer se confirmó que el primer edil estará en el comité de dirección del PP regional encabezado por Ayuso.