- El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que se llevó del Congreso de los Diputados aplausos casi unánimes el martes, también recogió ayer, el día posterior a su histórica intervención por videoconferencia, una serie de reparos, que le llegaron tanto desde la bancada de Vox -que incendió el debate al criticar que el mandatario ucraniano hablara de Gernika “y no de Paracuellos”- como de algunos diputados de izquierdas.

El presidente del país invadido por el ejército ruso desde hace mes y medio pidió el cese de los negocios de todas las empresas españolas con Rusia y también, para mostrar el sufrimiento de Ucrania, puso como ejemplo el bombardeo franquista de Gernika en abril de 1937.

No agradaron a Vox esas dos alusiones de Zelenski, pese a que sus diputados y senadores le aplaudieran, según explicó su presidente, Santiago Abascal, en un hilo de tuits.

Abascal señaló que no puede “aceptar” el “señalamiento” que Zelenski hizo a la cerámica Porcelanosa, la armamentística Maxam y la asociación de fabricantes de bienes de equipo Sercobe. “Sufren las consecuencias de una guerra de la que no son culpables”, justificó Abascal.

Abascal también reprochó a Zelenski que eligiera Gernika como ejemplo, cuando a su entender hubiera sido “más acertado” que se hubiera referido a los fusilamientos de Paracuellos o a la invasión napoleónica o a ETA.

Pero no solo en la parte derecha del hemiciclo ha habido reparos para Zelenski, pues su presencia virtual en el Congreso ya provocó que algún diputado de la izquierda se ausentara y que algún otro no le aplaudiera.

No le aplaudió el secretario de Estado para la Agenda 2030, Enrique Santiago, quien es diputado por Unidas Podemos, dirigente de IU y secretario general del PCE; o al menos se levantó del escaño con las manos cruzadas, según se ve en los vídeos del instante, los cuales no recogen la secuencia entera, por lo que si llegó a aplaudir fue muy brevemente.

En cualquier caso, el ademán de las manos cruzadas ha bastado a Ciudadanos para pedirle que dimita. Su portavoz en el Congreso, Edmundo Bal, cree que es “una vergüenza que dentro del Gobierno de España manchen así el nombre de nuestro país”.

Por su parte, el ministro de Consumo y coordinador federal de IU, Alberto Garzón, cree que Santiago sí aplaudió, pues él le ha transmitido que cumplió con la orden del grupo de Unidas Podemos: mantener el respeto institucional debido al presidente de un país que está siendo víctima de una agresión “durísima, severa e imperialista” y merece toda “empatía y solidaridad”.

Se ausentó Miguel Ángel Bustamante, diputado sevillano de Unidas Podemos y militante de IU y del PCE, como forma de denunciar que no comparte la “versión oficial” sobre Ucrania, pues “en Ucrania hubo un golpe de Estado en 2014 y el Partido Comunista está ilegalizado desde 2015”.

Bustamante señaló que otros partidos también han sido ilegalizados recientemente y que Zelenski forma “parte del sistema que surge en 2014, que no es un modelo de democracia”. No acudió al pleno pero sí siguió las palabras de Zelenski y reconoce que “estuvo bien, estuvo correcto”.

El secretario general de Unidas Podemos, Jaume Asens, se mostró sorprendido de que se ausentaran algunos de sus diputados y dijo que eso no le constaba.

En cualquier caso, le restó importancia: “La posición es clara, el grupo se manifestó de forma ostensible y todos nos levantamos para aplaudir la intervención de Zelenski, aplaudimos a las víctimas”.

Garzón compartió con Asens que la posición de UP es “contundente” en rechazar la agresión “salvaje” de Rusia, pero convino por otra parte con Bustamante en que “es justo señalar que no es el camino correcto” la prohibición de partidos políticos en Ucrania.

Más allá de los de Izquierda Unida, otros diputados que no aplaudieron fueron Néstor Rego, del BNG, y Mireia Vehí y Albert Botran, de la CUP. “Fundirnos en un aplauso acrítico no le hace bien a la causa de la paz”, justificó Botran, quien además echó en cara a Volodímir Zelenski que dé cabida en el Estado a “elementos neonazis”. Más allá, la CUP fue la única formación que no apoyó una declaración institucional solicitada por Ciudadanos relativa a la guerra en Ucrania, por lo que impidió que sea aprobada, ya que estas requieren de unanimidad. Botran prefería una proposición no de ley para que el texto se pudiera enmendar. Por su parte, los diputados y senadores socialistas gallegos calificaron de “falta de respeto” al pueblo ucraniano que el diputado del BNG, Néstor Rego, no aplaudiese, lo que a su juicio sitúa a los nacionalistas gallegos “del lado de grupos antisistema y euroescépticos” como la CUP. Sin embargo, la líder del BNG, Ana Pontón, subrayó la condena “muy clara” de su partido a la invasión de Ucrania por Rusia. La histórica intervención de Zelenski puede tener continuidad con otro candente asunto de política internacional, pues precisamente Rego registró una solicitud para que el Congreso de los Diputados invite al líder polisario, Brahim Gali, para que comparezca virtualmente, como hizo el ucraniano.