- La vicepresidenta de la Fundación Fernando Buesa, Sara Buesa, aseguró ayer que todavía queda una "importante labor de deslegitimación ética, social y política del terrorismo por hacer", por lo que no es el momento de abandonar el trabajo en favor de la memoria de las víctimas. Buesa inauguró la decimoctava edición del seminario que organiza la fundación creada en memoria de su padre, el dirigente socialista asesinado por ETA junto con su escolta el año 2001, en colaboración con el Instituto Universitario de Historia Social Valentín de Foronda.
En estas jornadas, que hoy se clausurarán, participan, entre otros, los presidentes de la AVT, Maite Araluce; de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Tomás Caballero, y de Covite, Consuelo Ordóñez. La edición de este año se ha centrado en el movimiento de las víctimas del terrorismo, en un momento en el que la Fundación Buesa cumple veinte años y la AVT, pionera entre estos colectivos, está a punto de cumplir cuarenta. Sara Buesa recordó que el hecho de que las víctimas dieran "un paso al frente" y se organizaran fue, sin duda, "fundamental en el pasado para visibilizar su situación, para sensibilizar y concienciar a la sociedad vasca y española acerca de la necesidad de involucrarse y plantar cara frente al terrorismo". "Hoy en día, las asociaciones y fundaciones de víctimas desarrollamos una función primordial de memoria, preservando el recuerdo y el legado de nuestros seres queridos, de todos los seres humanos que fueron injustamente asesinados y de todas las personas que padecieron la violencia terrorista", dijo.
Explicó que la memoria "humaniza, dignifica y es también profundamente deslegitimadora de la violencia" y subrayó que cuando las víctimas se manifiestan lo hacen siempre de manera pacífica, que cuando denuncian cosas que les duelen lo hacen "con respeto y apelando a los valores democráticos" y que lo que les mueve es "el amor" que comparten con sus seres queridos y no el odio. Por ello, añadió, su presencia "desarma" y su mirada "limpia hace bajar la mirada de quienes no tienen la conciencia tranquila". "Nuestra voz serena es atronadora frente a la ambigüedad y el silencio", sentenció.
"¿Hablamos con naturalidad del terrorismo o aún se nos hace un nudo en la garganta y nos incomoda hablar de ello?", se preguntó Buesa, quien también se interrogó sobre si cuando los hijos pregunten sabrán decirles y explicarles lo que se ha vivido durante cuarenta años.
En la conferencia inaugural, el exportavoz y consejero de Cultura del Gobierno Vasco Joseba Arregi trasladó su impresión de que pese a los fenómenos literarios y audiovisuales de los últimos tiempos sobre el fin de ETA las víctimas del terrorismo están "ya muy enterradas por el silencio y el olvido de una buena parte de la sociedad vasca, que, en buena medida, sigue sin querer enterarse de lo que pasó en su seno". "Ahora quiere continuar con una vida de normalidad con una vuelta de tuerca más a la frase que decía Ibarretxe de que había que hacer política como si ETA no existiera y añadiendo ahora la variante de que hay que vivir como si ETA no hubiera existido", lamentó. "La realidad de las víctimas me ha salvado de perder la honestidad política e intelectual y mi dignidad como persona", concluyó.