erplejoy muy preocupado. Como la mayoría de los ciudadanos. Cuasisuperada, al menos temporalmente, la crisis sanitaria, en tránsito de recuperación de esta prudente normalidad, la política cortoplacista nos revuelve el escenario. Ante una crisis sin precedentes de la situación socioeconómica, y de las cuentas públicas, con un horizonte incierto a medio y largo plazo, no es tiempo de zozobras, necesitamos estabilidad, sosiego y consensos.

Superar esta crisis nos llevará muchos años. Y la recuperación de la salud social y económica necesita de templanza, de prudencia, de construcción de confianza, de alianzas estables, tan amplias como sean posibles. Los ciudadanos nos movemos en la zozobra. Ya venimos crispados del confinamiento, momento en el que hemos sentido constreñida nuestra libertad, y frenadas nuestras expresiones emocionales y de sentimientos. Nunca las decisiones políticas, día a día, nos habían afectado tanto, y tan directamente, en nuestra vida cotidiana, en nuestras relaciones, en nuestro trabajo, en lo más cotidiano.

Las discrepancias sobre la idoneidad de las decisiones la hemos vivido en primera persona en la vida diaria, pero mucho más profundas han sido las que se han manifestado entre las formaciones políticas. Quienes tienen como misión velar por el interés general, transmitir serenidad y buen hacer, en general, nos ha decepcionado. Asistimos al espectáculo de la sinrazón, del insulto, de la negación de acuerdos básicos, o de los acuerdos cortoplacistas cuyo horizonte temporal es de franjas horarias. ¿A dónde nos conduce esta esquizofrenia del pacto volátil? A la sinrazón, a vivir instalados en la desconfianza.

Es momento de situar por encima de las posiciones de partido, los intereses generales. En Euskadi, en España, en Europa. No puede ser otro el sentido de la política. Hoy sus prioridades, con mayor o menor acierto en el orden que las enumero, son el control de la pandemia, la vuelta a la vida cotidiana, la recuperación de la renta de los hogares, la recuperación económica, la normalización de las actividades esenciales como la educación, la racionalización de las cuentas públicas.

Solo una excelente acción parlamentaria y de gobierno puede hacer frente a los retos que tenemos, muchos de ellos desconocidos. Tenemos por delante un futuro del que tan solo sabemos que será diferente. Los ciudadanos necesitamos confianza, construcción de futuro, legitimidad. Reconoceremos a quienes muestran su capacidad de dirigir el modelo social que construyamos hacia un horizonte de equidad y de racionalidad.

@TonaGuenaga