loria Canencia coordinó el miércoles la redacción de una de las actas del Congreso más impactantes de la democracia. La jefa del Departamento de Redacción del Diario de Sesiones llegó a las 8.30 horas a la Cámara. Impactante fue el día desde primera hora: "Llegué sin tráfico, impresiona; pero eché de menos los atascos, pues los atascos ya son parte de la normalidad".
Este miércoles 18 de marzo de 2020 el departamento de taquigrafía del Congreso lo formaron cuatro personas: Gloria y tres redactoras más. Generalmente hay una veintena. Debido a las medidas de seguridad impuestas por el departamento de salud de la Cámara Baja, 20 trabajadoras se quedaron ayer en sus domicilios. Canencia y sus tres compañeras tuvieron que afrontar así una de las sesiones de más envergadura de la historia parlamentaria. Las redactoras presentes en el Congreso hicieron turnos de media hora dentro del hemiciclo, a la vez que se enviaban audios de cinco minutos a las compañeras instaladas en sus domicilios. Una vez recibido, lo transcribían y lo devolvían en un documento en formato word.
"Tuvieron que escuchar los audios varias veces", puntualiza la coordinadora. "No teníamos los medios técnicos habituales". Conforme entraban los textos word con la transcripción, estos se revisaban para ir dando forma al futuro diario de sesiones. "El trabajo de coordinación es máximo siempre, pero ayer lo fue más; es la primera vez que trabajamos así", asegura.
Dar forma a la transcripción es dar coherencia y dar estilo, una forma de hablar que es la del orador del momento; en eso el departamento que actualmente dirige Canencia es escrupuloso. Hasta tienen un libro de estilo. "Por ejemplo, no se puede notar que hay cambio de redactora", comenta. A las 17.00 horas del 18 de marzo de 2020 la jefa del departamento regresó a su domicilio, pero para seguir trabajando, para supervisar el estilo, la coherencia, cada detalle. Ayer el borrador llegó la imprenta y hoy saldrá publicado; también se podrá ver en la web del Congreso. Un diario de sesiones es historia. "En él está lo que se dice y lo que sucede", destaca Canencia.
Valentina Cepeda, la trabajadora de la limpieza que desinfectó la tribuna de oradores una y otra vez después de cada interviniente, figurará en el diario de sesiones, aunque sin nombre. En el borrador Valentina es la "persona del servicio de limpieza" que procede a "desinfectar la tribuna de oradores". El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y varios diputados agradecieron en el pleno del 18 de marzo la labor de esta veterana trabajadora de la Cámara. "Y si eso se dice, nosotras tenemos que escribir por qué, dar contexto, y por eso incluimos las correspondientes acotaciones sobre el trabajo de Valentina", apunta Canencia.
"Las taquígrafas, cuando estamos abajo, en el hemiciclo, sentimos el fragor del debate, los aplausos, si hay un tono más bronco, oímos los comentarios... Para nosotras lo más destacado del debate parlamentario es su viveza", explica la experta taquígrafa, 34 años de profesión repartidos entre el Congreso y el Senado. "Pero el pleno de ayer... No había ese ambiente; era una situación diferente", añade. "El pleno del coronavirus fue otra cosa: es un antes y un después del concepto que tenemos del mundo".
Si dentro de diez años alguien desea comprobarlo, podrá hacerlo en el diario de sesiones del Congreso del 18 de marzo de 2020.