- El president de la Generalitat, Quim Torra, se sumó ayer a los recelos expresados el sábado por Iñigo Urkullu tras decretarse el estado de alarma y expresó sus temores por que la medida extraordinaria suponga un 155 encubierto. Torra mostró su preocupación al propio Pedro Sánchez en la videoconferencia que mantuvieron ayer los mandatarios regionales con el jefe del Ejecutivo español. En dicha reunión, el líder del Govern criticó que las medidas adoptadas desde Madrid únicamente sirven "para recentralizar competencias y no para frenar la propagación del Covid-19", aunque prometió lealtad y colaboración durante el transcurso de la crisis sanitaria.
En la misma línea, desde la Generalitat trasladan su malestar con el Gobierno español por no contar con Catalunya a la hora de elaborar las medidas que contiene el decreto anunciado el pasado fin de semana que, entre otras cuestiones, cede al nuevo mando único el control de todas las fuerzas de seguridad, incluidas las policías autonómicas. Así, tanto en el Govern como en el Ejecutivo vasco tacha de "centralista" el estado de alarma ordenado, aunque se ponen a disposición de Madrid.
Las medidas de contención que recoge el decreto tampoco han gustado a la Generalitat, que las considera escasas y tardías. Torra, que lleva reclamando desde el pasado viernes el cierre total de Catalunya, demanda así el aislamiento del conjunto de su región y también de la Comunidad de Madrid, territorio que más casos de Covid-19 registra hasta la fecha.
Asimismo, el president pidió a Pedro Sánchez que "atienda las peticiones de confinamiento domiciliario total" y que aísle los focos principales de contagio. Otras medidas que se reclaman desde Catalunya son el cierre de puertos y aeropuertos, así como la suspensión del transporte ferroviario, cuestiones que están en manos del Gobierno español.
En una rueda de prensa posterior a la videoconferencia con Sánchez y los presidentes autonómicos, Torra insistió en ser "valientes y drásticos" contra el coronavirus y llamó a la ciudadanía a hacer un autoconfinamiento solidario y a parar Catalunya mientras dure la emergencia.
Además, volvió a cargar contra la política centralista del Gobierno español al afirmar que "la Constitución no es un fármaco" contra el virus. "Sánchez, en vez de buscar colaboración, ha optado por la imposición y la confiscación de competencias", añadió.
Por otra parte, el president consideró que actualmente se ha pasado de la fase de contención a la de mitigación, y propuso reducir todavía más la libre circulación de personas, salvo para los casos de compra de alimentos, fármacos y servicios esenciales.
Por tanto, en la Generalitat interpretan que las medidas en su conjunto son "insuficientes" para frenar la pandemia, e intentarán seguir adoptando las decisiones que crean oportunas "para garantizar la salud y el bienestar de la ciudadanía", a pesar de que sus competencias autonómicas quedan en entredicho de hoy en adelante con la entrada en vigor del estado de alarma y la conformación del mando único en Madrid.
En esa misma línea se pronunció también el vicepresident del Govern, Pere Aragonès, que reclamó medidas "mucho más restrictivas" y que solo operen los servicios esenciales y los vinculados a la cadena alimentaria. En una entrevista en Catalunya Ràdio, Aragonès -que horas más tarde dio positivo por coronavirus- pidió que se reduzca "al máximo" la actividad y que se anuncien partidas para frenar los estragos económicos de la crisis.