madrid - La derecha quiere evitar a toda costa que hoy Pedro Sánchez resulte investido presidente del Gobierno español por el Congreso de los Diputados. En las dos primeras jornadas del pleno de investidura intentó boicotearlo a toda costa profiriendo todo tipo de insultos y descalificaciones tanto al candidato del PSOE como a representantes de los partidos que le apoyan. En el decisivo pleno de hoy antes de proceder pasado el mediodía a la votación definitiva volverá a hacerlo con toda seguridad, pero en el interregno de ayer no bajó la guardia y agitó sus tentáculos en redes sociales para mantener la coacción de los últimos días hacia diputados socialistas a través de redes sociales, llamadas telefónicas y mensajes de whatsapp, algunas de las cuales han terminado en denuncias por amenazas ante la Policía.
Las presiones para cambiar el sentido de su voto al diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, le han llegado en forma de pintadas insultantes en las paredes de su pueblo natal, Cutanda, y en la vecina Navarrete. La agrupación electoral ha denunciado los hechos ante la Guardia Civil, que ha desplazado a varios agentes a las dos localidades afectadas para tomar fotos de los mensajes pintados en las paredes e iniciar la investigación de su autoría. Manuel Gimeno, portavoz de esta formación, tachó de "lamentable" el acoso "tremendo" que está sufriendo uno de los diputados y garantizó que mañana Guitarte volverá votar "sí".
El ajustadísimo margen entre los síes a la investidura de Sánchez, 167, y los noes, 165, ha obligado al PSOE a tocar la corneta entre sus diputados para que tomen las medidas oportunas y que todos ocupen sus escaños a partir de las 12.45 horas de hoy. En los cuarteles de Unidas Podemos y de ERC también han tomado precauciones para evitar sustos de última hora que puedan comprometer el resultado final de la votación.
Bastarían dos bajas accidentales de diputados favorables a la investidura o que un solo diputado mudara su apoyo a Sánchez por un voto negativo para provocar un empate a 166, lo que daría al traste con la investidura y abocaría a un caos político e institucional sin precedentes. Aunque en ese caso, y dado que la votación es voz en alto, los dos partidos que se abstienen (ERC y EH Bildu) tendrían en su mano la oportunidad de prestar las abstenciones necesarias (hasta un total de 18: 13 de los catalanes y 5 de los vascos) para equilibrar los votos tránsfugas. El alfabeto puede ser decisivo ya que la votación será en orden alfabético. Bildu o ERC podrían arreglar el desaguisado de un eventual tránsfuga si se da antes de la votación de Pilar Valuguera, la última diputada en votar entre estas dos formaciones, pero detrás de ellos todavía hay un puñado de diputados y diputadas socialistas que podrían dejar en nada el plan antitamayazo de esas dos formaciones.
El diputado socialista por Segovia, José Luis Aceves, interpuso ayer por la tarde una denuncia ante la Policía por las "amenazas" que está sufriendo un compañero de su formación en esa provincia de cara a la investidura de Sánchez. Según avanzó el diputado del PSOE, "alguien ha debido de pasar este teléfono en un foro creyendo que era el mío y ahora le están friendo a amenazas e insultos, con decenas de llamadas desde números ocultos". Es esta una situación "lamentable" que se debe, según el diputado, a la "crispación" y al "ambiente" que alentó la "extrema y ultraderecha" en las sesiones de investidura de este fin de semana, con las "llamadas a traición" por parte de las filas de PP, Ciudadanos y Vox a los diputados socialistas.
La portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, se hizo eco de la denuncia de Aceves en Twitter y también colgó el mensaje del diputado por Cáceres César Ramos, que señala que están recibiendo "insultos, presiones y acoso" para cambiar de voto. En la misma línea, el número tres de Podemos, Pablo Echenique, acusó a la ultraderecha de promover una campaña de acoso contra los parlamentarios del PSOE y el diputado de Teruel Existe para "dinamitar" el gobierno de coalición progresista. "Todo mi apoyo a estas personas y sus familias. En Podemos tenemos 5 años de experiencia en acoso facha", manifestó en redes sociales. Las tres derechas -PP, Ciudadanos y Vox- siguen confiando en que, bien en las filas socialistas o bien en las de otros partidos que apoyarán a Sánchez o se abstendrán en la investidura, o se produzcan deserciones que den un vuelco a las ajustadas cuentas parlamentarias y se desbarate la reelección de Sánchez. En la bronca sesión inicial del debate de investidura, Pedro Sánchez denunció esa "campaña de acoso, insulto y amenaza" que están sufriendo algunos ministros y diputados socialistas, a través de sus correos electrónicos y en las redes sociales, para intentar torcer su voto. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, también lo denunció públicamente. "A todos los que me habéis enviado mensajes pidiendo votar en contra, educados algunos, matones y groseros otros, quiero dejar claro: votaré sí", replicó. La ministra ha sido una de las diputadas socialistas y de Podemos -entre ellas Zaida Cantera- que han recibido en su correo uno de estos mensajes amenazantes: "¿Pero cómo puedes ser tan puta para apoyar la investidura de un traidor?". El PP de Castilla-La Mancha, a través de su cuenta oficial de Twitter, también quiso coaccionar al secretario de organización del PSOE en esta región, el diputado Sergio Gutiérrez, para que saboteara la investidura de Sánchez con un mensaje que decía: "Se confirma la traición del Partido Socialista de Castilla-La Mancha", junto a la foto del diputado votando en la primera votación de investidura el domingo. Gutiérrez replicó con otro tuit: "En busca de otro tamayazo".