madrid - Asegurada la investidura, Pedro Sánchez quiere ahora atar la legislatura. Y lo quiere rápido. Para ello necesita aprobar los Presupuestos Generales del Estado, la gasolina del gobierno, actualmente prorrogados desde los tiempos de Mariano Rajoy. El acuerdo entre el PSOE y ERC para la investidura de Sánchez no dice nada de las Cuentas y por tanto los socialistas necesitan ponerse manos a la obra para lograr los apoyos suficientes para su aprobación en el parlamento español. Desde Moncloa, indicaron ayer que en cuanto el Ejecutivo deje de estar en funciones, probablemente esta misma semana, se pondrá "de forma inmediata" con la negociación presupuestaria.
La portavoz del PSOE y mano derecha de Sánchez, Adriana Lastra, expresó ayer la urgencia de contar con unos Presupuestos. "Queremos tenerlos pronto. Llevamos mucho tiempo con los de Cristóbal Montoro (ministro de Hacienda del ex Gobierno de Rajoy) prorrogados y ya urge. Hay que plasmar el nuevo programa de Gobierno y lo vamos a intentar".
La cuestión es con quién negociarlos. ERC no ha dado un cheque en blanco a Sánchez y condicionará su generosidad en la medida en que vaya bien resultados satisfactorios a lo pactado a cambio de facilitar la investidura. Básicamente, al desarrollo de la mesa de diálogo entre los Gobiernos español y catalán que se creará quince días después de la conformación del Ejecutivo español. Su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, se lo recordó el sábado desde la tribuna de oradores: "sin mesa de diálogo, se acabó la legislatura", en clara referencia a su voto sobre unos Presupuestos.
El pleno de investidura de Sánchez ha dejado bien claro que la derecha, desde el PP hasta Ciudadanos, pasando por Vox, no va a dar ni agua al nuevo Gobierno. El presidente de los populares, Pablo Casado, dijo durante la campaña electoral del 10-N que estaba abierto a algunos pactos de Estado con Sánchez pero la secuencia de sus manifestaciones desde entonces no permite pensar en un apoyo a unos Presupuestos que, en condiciones normales, asegurarían al menos tres años de legislatura al presidente Sánchez, dando por descontado que si en 2021 no lograra sacar adelante las Cuentas, las prorrogaría un año más.
Así las cosas, el PNV volverá a convertirse en un actor clave en esta negociación presupuestaria. Su portavoz en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, ya adelantó el pasado sábado durante el pleno de investidura que su acuerdo con los socialistas y su compromiso con la estabilidad institucional no supone un trágala en otras cuestiones al margen de lo pactado. Los jeltzales harán valer en la negociación su compromiso con la denominada agenda vasca y también buscarán capacidad de influencia en una salida dialogada a las cuestiones territoriales catalana y vasca.
El diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, que ha apoyado con su voto la investidura de Sánchez, avisó de que los últimos Presupuestos incumplían con el fuero canario y alertó de que habría que volver a negociarlos para que se cumpla con el compromiso económico y fiscal de Canarias. "Si está en los Presupuestos, lo apoyaremos", zanjó Quevedo hace unas semanas.
Ante esta tesitura el panorama que se le plantea a Sánchez es muy complicado para sacar adelante los Cuentas y tendrá que buscar la cuadratura del círculo para plasmar cuanto antes el programa económico. Desde el Ministerio de Hacienda insisten en que las Cuentas deben estar "cuanto antes" y que el presidente querrá ir rápido con la conformación del Ejecutivo para poner de inmediato con la negociación presupuestaria.
primeros pasos del gobierno Todo apunta a que esas prisas cristalizarán en breve con la conformación oficial del Gobierno este miércoles, una vez que se confirme la coronación de Sánchez mañana, en la segunda votación de investidura que se celebrará mañana y para la que esta vez solo necesita una mayoría simple -más síes que noes- que ya tiene garantizada. En principio, y salvo giro brusco en las posiciones anunciadas y acordadas por los partidos, el candidato del PSOE cuenta con el apoyo de 167 diputados frente a los 165 del bloque del 'no' y las trece abstenciones de ERC, más las cinco de EH Bildu.
PSOE y Unidas Podemos están conversando acerca de la posibilidad de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias comparezcan juntos el miércoles en el Palacio de la Moncloa para anunciar los ministros, si bien aún no hay una decisión cerrada al respecto. Una vez anunciada la composición del gabinete, el jueves 9 el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicará los nombramientos de los ministros, que ese mismo día prometerían su cargo ante el rey en el Palacio de la Zarzuela y después podrían tomar posesión en sus respectivos ministerios.
De esta manera, la primera reunión del nuevo Consejo de Ministros tendría lugar el viernes 10 de enero, según confirmaron ayer distintas fuentes del Ejecutivo.