La historia del PSOE navarro es la de la espiral que parece, por momentos, pasar por Navarra para quedarse, pero que siempre, al menos hasta ahora, desemboca en la calle de Ferraz, nª 70 de Madrid. En España hay quien interpreta, o hace creer, que si los navarros hacen uso de su derecho a la Transitoria Cuarta el Estado volará por los aires. Débil nexo de unión al que se atan para la que definen como “una, grande y fuerte”, pero en esto la derecha ha llevado la batuta, incluso dentro del PSOE.
Todo empezó en 1996. Una larga historia que nos lleva hasta nuestros días y que sitúa a los socialistas navarros como marionetas resignadas de Madrid y de los chantajes de la derecha. Javier Otano (PSN) era presidente de Navarra desde hacía menos de un año. En el Gobierno le apoyaban PSN, CDN y EA. Una nueva andadura progresista y plural en la Comunidad Foral que se truncó aparentemente por el asunto de la cuenta en Suiza de Otano y su mujer. Aunque el verdadero detonante fue otro. Se estaban produciendo algunos cambios que encendían las alarmas en las bancadas españolitas y conservadoras: ikurriñas en algún despacho, como el de Iñaki Cabasés, o que Juan Cruz Alli había fundado una opción de centroderecha navarra que venía a sustituir a UPN. Sin embargo, el paso determinante que alzó a los defensores de la patria fue el acuerdo que Navarra y la CAV firmaron para crear un Órgano Común Permanente y que refrendó el Parlamento foral. “Con esto habéis ido demasiado lejos, atenéos a las consecuencias”, cuentan que advirtió el entonces secretario general de UPN, Rafael Gurrea.
Y así fue. Una semana después de aprobarse ese Órgano Común con la CAV, Javier Otano dimite tras publicarse ese mismo día la existencia de su cuenta en Suiza. Un caso que estaba bajo secreto de sumario y por el que finalmente no fue condenado, ya que no encontraron indicios de cohecho. En aquel momento se restauró la cohabitación entre UPN y PSN instaurada desde la Transición y comenzó la larga decadencia ?de agostazos, marzazos y decretazos? de la que el PSN no se había recuperado hasta las pasadas elecciones forales de mayo.
el cambio truncado en 1996 Tras dimitir Otano, Ferraz impuso al PSN pasar a la oposición y dejar gobernar a UPN. A pesar de la posición contraria de la mayor parte de la organización regional, la decisión del secretario de Organización del PSOE, Cipriá Ciscar, se impuso y así, Miguel Sanz llegó por primera vez a la presidencia. Aupado por el PSOE que sometió a sus compañeros navarros.
el ‘agostazo’ de 2007 Después llegaría el famoso agostazo. En 2007, con una Navarra en vilo tras más de dos meses de negociaciones entre Fernando Puras y Patxi Zabaleta, el 1 de agosto el PSN decidía gobernar con NaBai e IU. Dos días después el PSOE vetaba el pacto. El Comité Regional del PSN había respaldado el acuerdo de progreso por abrumadora mayoría, pero el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, impuso su postura incluso por encima de José Luis Rodríguez Zapatero que no veía con malos ojos el acuerdo de cambio en Navarra. Como consecuencia de tal humillación a los socialistas navarros, Puras presentó su dimisión cuatro días más tarde del veto. Su compañero Roberto Jiménez fue uno de los beneficiarios de aquella situación al tomar testigo al frente del partido. Lo que no se imaginaba Jiménez es que acabaría en similares circunstancias.
El resultado de aquel nuevo veto de Ferraz fue la reelección como presidente de Miguel Sanz gracias a la abstención del PSN a la cual les había obligado su dirección en Madrid.
el ‘marzazo’ en 2014 Aquel acuerdo entre UPN y el PSOE de Madrid llevó a los regionalistas a romper su coalición con el PPen 2008. Eso facilitaría en las elecciones de 2011 un Gobierno de coalición entre UPN y PSN. Roberto Jiménez fue nombrado vicepresidente del Gobierno de Yolanda Barcina. Una aventura que apenas duró un año. Barcina le expulsó del Gobierno en junio de 2012. No cesó al resto de consejeros socialistas, pero el propio PSN les dio la orden de presentar su dimisión.
La historia todavía le deparaba otro veto madrileño al PSN. En 2014, tras el escándalo en el departamento de Hacienda que dirigía Lourdes Goicoechea, por supuestamente haber realizado trato de favor a empresas, Roberto Jiménez impulsó una moción de censura y se postuló como presidente. “El PSOE en Navarra soy yo”, sentenció, pero ni las palabras categóricas le sirvieron. Al día siguiente, Alfredo Pérez Rubalcaba prohibió a los navarros presentar la moción. La disculpa: necesitaban los votos de Bildu. Jiménez dimitió tres meses después tras la debacle electoral en las europeas del PSN y que adelantaba los resultados en las forales del siguiente año. l
así llega sanz a su primera investidura. En la foto, de izquierda a derecha: Manuel López Mazuelas, Juan José Lizarbe, Miguel Sanz, presidente del Gobierno de Navarra, y Víctor Manuel Arbeloa. Todos, menos Sanz (UPN), eran miembros de la comisión gestora del PSN, nombrada por el PSOE en junio de 1996 bajo el mandato de permitir la investidura de Miguel Sanz y enterrar en el olvido el caso Otano. Ferraz obligó entonces a los socialistas navarros a abandonar el Gobierno con CDN y EA y pasar a la oposición. Foto: José María Pérez
de nuevo ferraz pone a upn en el gobierno. Carlos Chivite, secretario general del PSN, y Fernando Puras, candidato del PSN a la presidencia del Gobierno foral, con caras serias tras salir de la reunión de la Comisión Ejecutiva del PSOE en Madrid que vetó el acuerdo alcanzado entre PSN, Nafarroa Bai e IU para el Gobierno de Navarra. Los socialistas navarros protestaron contra aquel veto que impuso el secretario de Organización, José Blanco, y que dejó a la sociedad navarra consternada y al PSN tocado por una década. Foto: Kiko Huesca