Vitoria - El discurso de fin de año que pronunció el lunes el lehendakari, Iñigo Urkullu, dejó ver que la principal ocupación y preocupación de su gobierno será forjar los acuerdos necesarios en el presente ejercicio para afrontar los retos económicos pese a la prórroga presupuestaria y sin el colchón de una mayoría absoluta. Su discurso giró en torno a la estabilidad y el llamamiento a todas las partes para que cedan en sus “pretensiones individuales” y salvaguarden el “microclima vasco” de concordia, de manera que se evite un contagio de la confrontación que se vive en el ruedo madrileño. La principal novedad y la carga de profundidad de su discurso llegó en el capítulo del modelo de Estado. Aunque lo hizo fiel a su estilo de no confrontación y respeto institucional, el lehendakari deslizó una respuesta a Felipe VI para avisar de que la convivencia solo puede garantizarse en un marco plurinacional. La mención fue muy breve y no llegó a citar de manera expresa al rey, pero tomó literalmente algunas de las palabras que pronunció Felipe VI en su discurso navideño, donde el monarca aludió a la fragilidad de la convivencia y se ciñó a la Constitución para rechazar las reivindicaciones soberanistas, y Urkullu le dio la vuelta al planteamiento para poner de manifiesto la necesidad de un nuevo pacto y un “marco plurinacional” para garantizar la buena vecindad.

“En el arranque del nuevo año, tenemos confianza en poder avanzar en el autoGobierno Vasco, en el crecimiento de Euskadi. La fragilidad del modelo de Estado solo se puede superar trabajando un nuevo consenso que asegure la convivencia en un marco plurinacional”, zanjó el lehendakari en su mensaje en EITB. El rey, por el contrario, había ligado unos días antes en su discurso navideño la convivencia y la Constitución española. No citó a Catalunya y se ganó el reproche del PNV. El lehendakari quiso también marcar distancias con el planteamiento del monarca español y apeló al Estado plurinacional. No añadió más, aunque es de sobra conocida su apuesta por una relación bilateral entre Euskadi y España que garantice el cumplimiento de lo pactado y evite invasiones competenciales. También pide una solución para Catalunya y no dejar que se pudra y se encone el conflicto territorial.

estabilidad de la legislatura Al margen del modelo de Estado, el lehendakari hizo girar su discurso en torno a la estabilidad y las buenas perspectivas económicas para el futuro, aunque apeló al “deseo inconformista de mejora”. Urkullu tiene por delante el reto de asegurar la estabilidad de la legislatura con un gobierno de coalición con el PSE que se encuentra un escaño por debajo de la mayoría absoluta en el Parlamento Vasco. Lo tendrá que hacer, además, en pleno ciclo electoral, con los comicios municipales y forales de mayo a la vuelta de la esquina. El respaldo del PNV a la moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy de La Moncloa dejó al lehendakari sin el apoyo del PP, y la línea dura impulsada por Pablo Casado en el Estado hace inviable un acercamiento antes de esas elecciones. Las relaciones con EH Bildu tampoco han dado demasiado de sí y no han evitado la prórroga presupuestaria.

El próximo martes 8 de enero se celebrará el primer Consejo de Gobierno del año con esta situación sobre la mesa y con la necesidad de activar las medidas económicas prioritarias pese a la prórroga presupuestaria. El Ejecutivo vasco quiere proyectar que no hay bloqueo y que su acción de gobierno sigue en marcha, y le ha dado vueltas estos días al proyecto de ley para elevar el salario de los funcionarios en un 2,25%, que deberá tener el respaldo del Parlamento Vasco. El lehendakari cree que es posible seguir adelante y pedirá a los partidos que se retraten. Otro de los retos lo marcará la búsqueda de un nuevo estatus de autogobierno.

En ese contexto, Urkullu puso en valor el modelo vasco de acuerdos y concordia. La “estima” por ese modelo fue el segundo punto en un discurso de tres ejes, donde la preocupación por las dificultades de las familias mereció la primera mención, y el tercer punto aludió al “deseo de mejora”. “Tenemos problemas, desacuerdos y divisiones; sin duda. Pero, al mismo tiempo, estamos consolidando un modelo de respuesta diferente. Basado en el respeto, la moderación, el diálogo, la confianza y el acuerdo. Un modelo propio que funciona y ha dado resultados. Hoy el microclima político vasco es positivo y constructivo. Lo es, al menos, en mayor medida que en nuestro entorno. No se trata de celebrarlo, sino de aprovecharlo. La política no consiste en crear problemas, sino en tratar de resolverlos. La tensión, la confrontación y el distanciamiento permanente no es una opción”, dijo, para añadir después que hay que “encauzar las soluciones con realismo, rigor y responsabilidad”.

“Un microclima positivo solo se consigue con personas positivas. Dispuestas a ceder parte de sus pretensiones individuales al servicio de acuerdos beneficiosos para la comunidad”, añadió. También citó el empleo y el deseo de mejora en “memoria, víctimas y convivencia”, igualdad entre mujeres y hombres, y solidaridad. Rechazó la autocomplacencia porque “muchas familias” tienen dificultades.

Discurso breve y a las puertas de Ajuria Enea. Urkullu pronunció un discurso breve en los jardines exteriores de Ajuria Enea, y la emisión se volvió a realizar durante el almuerzo, a las 14.00 horas, en lugar de hacerlo por la noche, un horario que el lehendakari consideraba muy invasivo y poco propicio para lanzar el mensaje.