barcelona - Los Mossos d’Esquadra, que fueron venerados por el independentismo catalán después de su actuación de perfil bajo en la jornada del referéndum del 1 de octubre en contraposición con las cargas de la Policía española, no podían imaginar que las manifestaciones que se están celebrando en torno al aniversario de esa jornada se iban a convertir en una batalla campal con ellos en el ojo del huracán, con pintura chorreando por sus uniformes, y con los Comités de Defensa de la República pidiendo la dimisión del conseller de Interior y del propio president Torra. El detonante de las llamativas imágenes que arrojó ayer Barcelona fue una marcha convocada por guardias civiles y policías españoles del sindicato Jusapol, que tenía por objeto plantear reivindicaciones salariales y, de paso, homenajear la actuación de los cuerpos estatales el día del referéndum. Colectivos como las juventudes de la CUP, Arran, se lo tomaron como una provocación en toda regla y convocaron una contramanifestación. Aunque el trayecto de Jusapol fue desviado para evitar que coincidieran, la tensión entre los dos grupos provocó la actuación de los Mossos y sus cargas con porras contra los independentistas en una jornada aciaga, con 24 heridos en el centro de Barcelona, seis detenidos, y los agentes catalanes cubiertos con la pintura que en principio los independentistas iban a arrojar a las fuerzas de seguridad estatales. Fue un giro en toda regla que provocó el máximo desconcierto en el Govern.

Los CDR cerraron la jornada exigiendo la dimisión de Torra y Buch por “traidores” y avisaron: “Lo pagaréis”. La CUP se sumó a la noche a la petición de dimisión de Buch. Criticaron al Govern porque decidiera autorizar el homenaje a las cargas policiales contra el referéndum y, al mismo tiempo, protegiera esa marcha y cargara contra los independentistas, según su análisis. Los Mossos se defendieron asegurando que habían avisado varias veces por megafonía para que no se saltaran el cordón policial. Uno de los agentes resultó herido. La respuesta de Torra llegó a última hora de la tarde, en el Consell del PDeCAT, donde pidió mantener las vías pacíficas para seguir avanzando “a la catalana manera”.

Aunque esta confrontación no fue la única fotografía de la jornada, ya que un total de 6.000 independentistas permanecieron de manera pacífica en la plaza Sant Jaume, el choque supone devolver la tensión a Catalunya en puertas del aniversario del 1 de octubre de mañana y supone un borrón en el deshielo y la distensión de los últimos meses. Ya antes, Ciudadanos había reverdecido la tensión con su campaña de retirada de los lazos amarillos, que ha perdido intensidad y ha pasado a un segundo plano. Desde la Diada del 11 de septiembre, el Govern de Torra se está enfrentando al marcaje de la CUP y, en otro plano, también ha sido destinatario de las advertencias de la ANC, que espera que tome decisiones para plasmar la república catalana.

En la marcha de Jusapol, por su parte, participaron unas 1.800 personas, aunque la Guardia Urbana elevó la cifra a 3.000. Ciudadanos, que últimamente se suma a todas las campañas en la calle, y Vox quisieron estar presentes. Por parte del partido naranja, acudió el secretario general en el Congreso, Miguel Gutiérrez. Tomaron la palabra policías destinados en Catalunya para denunciar una campaña de “acoso”. La tensión con Jusapol comenzó cuando buena parte de los independentistas concentrados en Sant Jaume intentaron llegar hasta el inicio de la marcha del sindicato policial en la Jefatura Superior de Policía de la Via Laietana. Un primer cordón policial de los Mossos impidió que pudieran hacerlo, y fue entonces cuando se desató la batalla campal con el lanzamiento de polvos de pintura de colores contra los agentes catalanes, que en principio estaban pensados para arrojarlos a los policías y los guardias civiles.

En el Consell Nacional del PDeCAT, Torra quiso lanzar un alegato a favor de la no violencia. Pidió al independentismo que mantenga la actitud pacífica y haga las cosas “a la catalana manera”. También quiso realizar un llamamiento a la unidad del movimiento independentista y pidió recuperar el espíritu del 1-O. El encuentro de la antigua Convergència tenía por objeto recordar el referéndum y rendir homenaje a los encarcelados y los que se encuentran en el extranjero.

puigdemont: no ser sectario En ese contexto, se emitió un mensaje grabado de Puigdemont donde aboga por la “transversalidad” y la “máxima unidad política” del independentismo en las elecciones de 2019. Por ello, pidió al PDeCAT que no sea “sectario” en sus posicionamientos para facilitar esta unidad de acción. El expresident trató de esa forma de despejar el camino para que su Crida logre apoyos. De momento, se ha topado con el rechazo de ERC.