madrid - El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirmó ayer en el Congreso de los Diputados que los policías nacionales y los guardias civiles desplazados a Catalunya con motivo de la Diada y el próximo aniversario del 1-O “no van a reprimir” ni tienen “ansias de intervenir porque han sido enviados para reforzar a los mossos”.

Marlaska mostró su sorpresa por las críticas de PNV y ERC en la sesión de control al Gobierno sobre el envío de 600 agentes antidisturbios a Catalunya, ya que la propia Conselleria de Interior estimó la decisión de forma razonable hace una semana en la Junta de Seguridad. Es más, el titular de Interior explicó que la cifra de 600 policías nacionales no es desmesurada si se tiene en cuenta que “para una final de Champions se despliegan 2.000 agentes”.

Insistió en que las fuerzas de seguridad del Estado “no tienen ansias de intervención sino de prevención”, con el objetivo de que si se perturba de forma grave la seguridad poder cooperar con los Mossos para garantizar el ejercicio de los derechos y libertades de todos los ciudadanos.

“Tenemos que cooperar con los Mossos en caso de que suceda alguna situación grave que estoy seguro que no va a acontecer”, explicó el ministro antes de reiterar que “hay que partir de la prevención porque sino luego se puede actuar de forma desproporcionada”.

Sin embargo, el diputado del PNV Mikel Legarda mostró sus reticencias al despliegue de Interior de agentes en Catalunya: “Conocemos lo que sucedió hace un año y ya dijimos que era un error, tenemos la misma opinión ahora, cuando la Generalitat no ha reclamado ese refuerzo”.

A su juicio, la decisión supone romper el principio de lealtad entre administraciones públicas e incumplir la Ley de fuerzas y cuerpos de seguridad de 1986, un argumento que el ministro rebatió porque la norma, en sus artículos 38 y 46, sí habilita a Policía y Guardia Civil a intervenir en otra comunidad con cuerpo policial con competencias en materia de seguridad. “No solo en auxilio de ese cuerpo, sino también en situaciones graves”, añadió Marlaska, a pesar de que Legarda le instó a que reconsidera la decisión y no sea “contumaz”.

Por su parte, para el diputado de ERC Gabriel Rufián no se trata de un refuerzo de efectivos sino de “una ocupación”, ya que en los últimos años en los actos de celebración de la Diada “no se ha roto una sola papelera”.

“Llevan cien días llenándose la boca de las palabras diálogo y convivencia. El envío de 600 policías nacionales nada tiene que ver ni con el diálogo ni la convivencia”, añadió Rufián, que pidió valentía al ministro y al grupo parlamentario socialista, al que reprochó que vete las preguntas sobre las agresiones de agentes en Catalunya a ciudadanos de “la disidencia política”. - Efe