- Pertenecen a todo el arco de promociones de la Ertzaintza, desde la primera en 1981 hasta las que han salido de la Academia de Arkaute en los últimos años. Ejercen su labor en las unidades más variadas: seguridad ciudadana, tráfico, investigación, etc. Sus afinidades políticas, el sindicato al que están afiliados, también son diversos; de hecho, para pertenecer a esta nueva asociación, Ertzain Abertzaleen Elkartea (EAE), no se exige enseñar ningún carné. Pero todos coinciden en un mismo objetivo: proclamar el orgullo de formar parte de la Policía vasca y reivindicar este sentimiento poniendo en valor todo lo mucho y bueno que, explican, se hace en el seno del cuerpo. “Lo único que pedimos es respeto y cariño hacia tu tierra”, adelantan.
“No vamos a incidir nunca en las condiciones de trabajo, no somos un sindicato ni un grupo de presión para un partido político. Lo que queremos es trabajar con lo que tenemos y sacar a colación el aspecto positivo de lo que es ser ertzaina y de lo que representamos”. Así lo afirma Teo Zuloaga, presidente de EAE. Lamenta que muchas veces esta labor no trasciende, por ejemplo con la reciente operación contra Los Charlines, que surgió de una investigación de la Policía vasca.
En conversación con DNA, Zuloaga explica otro factor fundamental que ha impulsado la creación de esta asociación. “No somos una policía cualquiera ni una policía más, somos la Ertzaintza”, señala. Agrega que “se creó con unos condicionantes claros que venían de 40 años atrás, una policía del pueblo y para el pueblo”. La histórica Ertzaña del 36 encarna unos valores que Ertzain Abertzaleen Elkartea pretende recuperar, ya que “hoy en día se está olvidando aquel espíritu de servicio y de convicción de país”, argumenta este agente de la quinta promoción que desarrolla su labor profesional en seguridad ciudadana.
Los símbolos son, por tanto, un elemento fundamental del trabajo de la asociación, entre cuyos intereses ocupa un papel destacado “impulsar el uso del euskera y el respeto hacia los emblemas de nuestro país, el Gobierno Vasco, el lehendakari, la ikurriña, nuestros himnos...”. Esta atención a la tradición y valores de la Ertzaintza, así como a su profunda ligazón con el territorio en el que nació, quedó de manifiesto en el acto de constitución de Ertzain Abertzaleen Elkartea: se celebró en Gernika el pasado 26 de abril, coincidiendo con el aniversario del bombardeo sufrido por la localidad.
A partir de un primer núcleo de ocho agentes, el número de asociados de EAE ya supera el centenar, aunque esperan consolidar su expansión a partir de septiembre. En su breve existencia ya se han encontrado, eso sí, con una pequeña oposición dentro del propio cuerpo. “Se les puede contar con los dedos de una mano pero hacen mucho ruido”, se une a la conversación Ander Etxabe, ertzaina de la primera promoción que tras pasar por tráfico, juego y espectáculos, etc., está ahora destinado en secretaría general. “Están permanentemente cuestionando las decisiones del Departamento de Seguridad, del lehendakari, que seamos una policía integral...”, censura, y reclama por ello “respeto” hacia la Ertzain-tza y las instituciones vascas.
Teo Zuloaga añade que esta desafección, que incluye desdeñar el uso del euskera, no proviene precisamente de las últimas promociones: “Yo estoy en la comisaría de Donostia, allí hay muchos jóvenes y hay un cierto distanciamiento político, pero en general no son el problema, sino gente que ya lleva unos años y que demuestra en páginas de Facebook una actitud anti-Euskadi, no entendemos muy bien por qué”. Alega que “potenciar el euskera y ser una policía cercana al ciudadano no está reñido con ser una policía profesional, todo lo contrario”.
Pese a declararse totalmente independientes de partidos y sindicatos, sí admiten que la presencia de la palabra “abertzaleen” en su denominación marca un perfil determinado. “Pero se puede ser del partido o sindicato que se quiera”, aclara Etxabe. Insiste en que “bienvenidos sean todos aquellos que respeten a la Er-tzaintza, las instituciones del País Vasco, el euskera, la cultura y la idiosincrasia del pueblo vasco”. “Más que para presionar, estamos para defender lo nuestro”, zanja.
¿Y cómo piensan llevar a cabo esta labor de difusión de las esencias de la Policía vasca? Hay iniciativas concretas que tienen en mente, como ponerse en contacto con el Euskaraldia para ser parte de este programa e impulsar así el uso del euskera, internamente y en el trato hacia el ciudadano. También pondrán en marcha una página web donde se recogerán artículos sobre la historia de este cuerpo y temas de actualidad, así como “mensajes que puedan calar en el espíritu de los ertzainas para trabajar ese orgullo de pertenencia”. Zuloaga lo resume afirmando que, mientras que en algunos periodos han podido hacer gala de ese orgullo, “en otros tiempos lo hemos tenido que esconder, incluso en casa. Y eso es duro. Queremos promover acciones que nos puedan dar lugar a decir con la cabeza muy alta yo soy ertzaina”.
Reconciliación Este movimiento surgido entre los propios agentes, que supone mirar hacia dentro del cuerpo para poner de nuevo en primer plano los valores con los que surgió la Ertzaintza, se antoja todavía más apropiado en el actual tiempo sin violencia de ETA. Así lo atestigua Iris Patxo, integrante de la 23 promoción y vicepresidenta de Er-tzain Abertzaleen Elkartea.
La situación ha cambiado mucho en los últimos años, también, lógicamente, para los agentes.
-No olvido los malos tiempos, pero sí veo en mis compañeros que lo han vivido con mucho dolor. Veo dolor que en algunos momentos se puede convertir hasta en odio, y eso no puede ser. Deberíamos reconocer el importante trabajo que ha hecho la Ertzaintza en tiempos duros. Lo tendría que reconocer también nuestro Gobierno y la sociedad.
¿Se trata de un paso más hacia la convivencia en Euskadi?
-Es muy importante en el momento de transición en que estamos. Para cerrar bien una herida hay que tratar el dolor de todas las partes, todos los ciudadanos, incluidos los ertzainas. Si hay una parte, por muy pequeña que sea, que no se cura, no vamos a poder avanzar para hacer el país que queremos.
Volviendo a sus compañeros de asociación, Teo Zuloaga recuerda que, cuando surgió la primera promoción en 1981, “aunque gran parte de la población nos recibió con los brazos abiertos, también hubo una parte que ya empezó a amenazarnos”. Hasta unos años después “no empezaron a darnos de verdad”, pero ahora, con la ausencia de violencia, “entendemos que mucha de esa gente que por motivos políticos nos rechazaba ahora nos ve con otra cara”. La propia Ertzaintza tiene que superar situaciones anteriores, asevera, “para crear nuevos espacios de convivencia”. Ander Etxabe apostilla que “la convivencia en Euskadi ha sido difícil y ha habido confrontación, pero está mejorando, iremos a más y la Ertzaintza no puede quedarse al margen, tiene que ser un elemento reconciliador”.