MADRID - Miércoles 25 de abril. Edificio de oficinas del Congreso de los Diputados. Al filo de las dos de la tarde. Andoni Ortuzar, acompañado por Aitor Esteban y varios periodistas, llama al ascensor para subir a la planta en la que se encuentra, entre otras, la oficina del Grupo parlamentario del PNV. Al abrirse la puerta, la sorpresa es mayúscula: es Mariano Rajoy, acompañado de un pequeño sequito de colaboradores, entre ellos su jefe de gabinete, José Luis Ayllón. El presidente español, para entonces aliviado porque los jeltzales no iban a apoyar las enmiendas a la totalidad a los Presupuestos, rompe el hielo: “¡Cuánto tiempo, Andoni!”. Todos ríen ostensiblemente, también los dos líderes de sus partidos. El vasco con delectación; el gallego con ironía.
La sonrisa coral suena a descompresión. Las horas anteriores, desde la tarde del martes en que Ortuzar recaló en Madrid hasta que hacia las 13.45 horas de ese miércoles en que Esteban oficializa públicamente que en el pleno del Congreso no iban a apoyar las enmiendas a la totalidad, habían sido muy tensas y ajetreadas. Reuniones formales y fortuitas con los propios y los ajenos, llamados telefónicas a los unos y a los otros. En juego, mantener vivos los Presupuestos y superar el escollo de las enmiendas totales y, del otro lado, arrancar a Rajoy su compromiso para impulsar una subida generalizada de las pensiones y un pronunciamiento público prometiendo abrir una etapa de diálogo con Catalunya.
El asunto se complica a primeras horas de la mañana del miércoles con la divulgación del vídeo de Cristina Cifuentes metiendo en su bolso las cremas antiarrugas. Esteban y Ortuzar lo ven en la tele de su oficina en el Congreso. Las imágenes podían arrugar la palabra de Rajoy... pero cumplió su palabra.
nervios y tensión El martes por la tarde Ortuzar y Esteban se habían reunido con Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría (posteriormente se sumó el ministro Cristóbal Montoro), a petición de estos. Es un encuentro de tanteo, nada de negociación. El presidente español se compromete a estudiar la subida de la pensiones y acepta pronunciarse ante los medios sobre Catalunya, antes de la celebración del pleno en el Congreso. Así lo hace a preguntas de los periodistas en los pasillos del legislativo español. Más tarde, salta al ruedo Esteban y hace una declaración pública fijando la posición del PNV ante las enmiendas. Solo quedaba la votación en el hemiciclo.
Una vez cumplido el objetivo del viaje, Ortuzar decide que ya puede volver a casa, no sin antes despedir a los diputados de su partido. En el camino se topa con un Rajoy bromista. Un encuentro casual y jocoso que puso el broche a una estancia de 24 horas en el ruedo ibérico cargado de presión y tensión. - H.U.