BRUSELAS - Dentro de la partida de ajedrez que protagoniza el president cesado Carles Puigdemont de cara a reeditar su cargo al frente de la Generalitat, ayer celebró una reunión con los cuatro exconsellers que residen con él en Bélgica desde finales de octubre y sus abogados para analizar su futuro judicial. Pocos avances se han producido desde que el presidente del Parlament, Josep Torrent, decidiera aplazar la sesión de investidura del pasado 30 de enero ante la falta de garantías para el nombramiento del todavía único candidato, el propio Puigdemont. Las conversaciones entre JxCat y ERC no acaban de desembocar en un acuerdo, con el gran escollo de la orden de detención que pesa sobre los exiliados en Bélgica, que tendrá como consecuencia su arresto en cuanto regresen a España.

El encuentro arrancó a las 10.00 horas en la casa de Waterloo en la que Puigdemont reside en régimen de alquiler. Al mismo acudieron los exconsellers Toni Comín, Meritxell Serret, Clara Ponsatí y Lluís Puig, así como los abogados Josep Costa y Gonzalo Boye. Costa abandonó el inmueble poco después de las 13.00 horas y Boye antes de las dos de la tarde. Este último aseguró a los periodistas que Puigdemont no ha planteado “en absoluto” a sus colaboradores la posibilidad de dar un paso atrás en sus aspiraciones, como le han solicitado abiertamente ERC y el PDeCAT. La reunión se produjo después de la polémica entre JxCat y ERC por la decisión de Roger Torrent (ERC) de pedir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo medidas cautelares para garantizar la investidura de Puigdemont. - C. C. B.