barcelona - Tras no convocar elecciones y esquivar una crisis de Govern mayúscula, que llegó después con la salida de Santi Vila a última hora de la noche, y otra más grande en el mundo independentista, el pleno del Parlament, que se abrió con un homenaje del soberanismo a los líderes de la ANC y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, se cerró con la petición de validar hoy el mandato de los ciudadanos en el referéndum del pasado 1-O. El bloque rupturista, como aseguró el presidente de JxSí Lluís Corominas, “no permitirá” la “agresión” que supone la aplicación del artículo 155 mediante el cual el Gobierno español “quiere imponer la Constitución y la unidad de España con sangre y miedo”. “El Parlament no es propiedad del Consejo de Ministros del PP sino del pueblo del Catalunya”, dijo en un debate en el que no participó el president Carles Puigdemont.
Desde la CUP, que respiraron aliviados tras temer que se diluyera a su juicio el proceso rupturista, Anna Gabriel, su líder, advirtió de que el precepto de la Carta Magna “abre la caja de Pandora de la recentralización” en todo el Estado, ya que a su juicio el PP “también desea utilizarlo contra otras comunidades autónomas”, como Euskadi.
“Sobran los motivos que justifican este debate”, apuntó Gabriel, porque las medidas que desea aplicar el Ejecutivo de Rajoy “muestran la peor cara del Estado español”, que “está dispuesto a actuar al margen de las leyes del propio Estado y a asfixiar las pequeñas rendijas democráticas que permitía la Constitución española”. Detrás del 155, está “la sed de venganza y humillación del nacionalismo español”, zanjó Gabriel, para quien la conducta de Madrid “es una impugnación a todo el Estado de derecho, pretende sustituir con total impunidad las potestades de esta Cámara”.
iceta pide elecciones El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, que se las prometía felices, se ofreció para acompañar hoy al Senado al president, para plantear una salida dialogada a la situación pese a sus diferencias, pero le pidió también que convoque elecciones. “Usted tiene la potestad de convocar elecciones y, haciéndolo, de preservar las instituciones de autogobierno”, manifestó el dirigente socialista. “Evitar el 155 está en sus manos”, le espetó al Jefe del Govern. “Yo no me puedo rendir y creo que usted tampoco, hasta el último momento”. En parecida línea se expresó el líder de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Rabell, para “evitar la catástrofe” que augura si se aplica el artículo 155 de la Constitución. Rabell avisó de que una declaración de independencia “sería puramente retórica, sin efectos jurídicos ni posibilidades de implementarse”, y añadió que el 1-O no fue un mandato legítimo para proclamar la secesión, ya que cree que no tiene el apoyo de la mayoría de la población. También instó al PSOE a rechazar el 155 y apoyar una reforma constitucional progresista.
Desde el polo unionista el discurso fue igual de agresivo pero en otra dirección. La líder de Ciutadans, Inés Arrimadas, señaló que Puigdemont tiene “miedo a las urnas” y le censuró por “no dar la cara” en el pleno del Parlament. “No le gusta dialogar ni debatir. Si le quedaba alguna legitimidad, la ha perdido. Volver a la legalidad y convocar elecciones era una salida digna”, abogó Arrimadas. “¿Se cree que Macron o Merkel le hubieran enviado una cartita -como hizo Rajoy- para darle una oportunidad?”. Por su parte, el líder del PP catalán, Xavier García Albiol, consideró que “el nacionalismo nos ha llevado a una fractura social y a una decadencia económica. Los juzgará un tribunal de justicia”. “Si la actitud de ustedes no cambia se tendrá que aplicar, lamentablemente, el artículo 155 para recuperar la democracia”, aventuró el popular.